Henri Lebasque
(1865- 1937) Vista de la ventana del
ático (s/f)
Tal
como se le formula, y sobre todo, tal como se le instrumenta en la vida social
y política, el actual derecho a la vivienda es una falaz reificación.
Es
que el derecho a la vivienda se reduce al mero usufructo de una cosa, cuando el verdadero derecho humano a habitar
constituye una relación profunda entre las personas y las comunidades con
respecto a la estructura continua de lugares que habitan. Los activistas
sociales más esclarecidos ya plantean que eso que reivindican como vivienda no
es ni debe ser una mercancía. Pero lo que sucede es que una vivienda, en sí, en
su carácter de pura cosa útil, es una
mercancía, por la sencilla razón en que vivimos en una economía de mercado, en
donde los bienes son mercancías.
Pero
lo que es materia del derecho humano y social a habitar lugares adecuados,
dignos y decorosos se construye no sobre el usufructo de bienes, sino con una
relación existencial entre personas y lugares
No hay comentarios.:
Publicar un comentario