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Habitaciones elementales (I) Fuego

Antonio Cortina Farinós  (1841–1890) El descanso de la modelo (1890)

Creemos que es posible fijar, en el reino de la imaginación, una ley de los cuatro elementos que clasifique las diversas imaginaciones materiales según se vinculen al fuego, al aire, al agua o a la tierra.
Gaston Bachelard, 1942

Ya en el mito de Hestia se emparentan la arquitectura, la mujer y el fuego.
Desde ya hace mucho, entonces, el cuidado sacrificial del fuego constituye un centro recóndito de lo doméstico, de aquello que no por casualidad llamamos hogareño. Habitar el fuego es volver, en el espacio y en el tiempo a una confortable cavidad que ampara la pasión de vivir.

Y es que habitar, cabe la imaginación ancestral del fuego, consiste en volver, siempre volver, allí en donde se custodia el hogar, la mujer y el fuego: allí donde cierto fundamento de la vida tiene efectivo lugar.

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