Émile Bernard
(1868-1941) Cosecha al borde del mar (1891
Habitar
es una empresa que no se realiza en soledad, aunque uno, a veces, se retire
momentáneamente.
Habitar
es avecinarse: la condición
primigenia de todo habitante es la condición gregaria. El apartarse es siempre
posterior; lo privado resulta de un segregarse de lo público. El habitante se
constituye en gente, se constituye
atrapado en una malla de vínculos sociales, se constituye por gracias de un nosotros, que es una primera patria. Es
con respecto a sus vecinos que un sujeto toma primero, una condición de
prójimo, esto es, puebla una proximidad. Sólo luego consigue apartarse,
relativamente, a su fuero íntimo, a su recinto privado.
Ahora
sí, en la concurrencia de la presencia, el emplazamiento y el avecinarse, puede
entenderse la integración plena del habitar.
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