Eva Gonzalès
(1849 –1883) El té de la tarde en la
terraza (1875)
Cabe
interrogar a fondo el alma del habitante ¿Cómo deseas habitar?
Para
ello hay que desmontar las múltiples imposturas de la cultura y la ideología
dominantes. Para llegar a la almendra misma del deseo, allí donde luce en la
oscuridad, desnuda y auténtica. Esto exige un análisis en profundidad y un
proceso de depuración subjetiva.
Por
ello, es equívoco contentarse con las respuestas inmediatas, con las inercias
rutinarias, con esas representaciones que primero aparecen en la superficie de
la conciencia. Sólo un análisis profundo puede desenmascarar el deseo auténtico
y genuino.
Y es
ese deseo auténtico y genuino al que deberemos obedecer, si aspiramos a la
consecución de las condiciones que nos haga posible alguna felicidad.
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