Desde antiguo se cree que el
hogar tiene su origen en el fuego, como un centro que irradia física y
espiritualmente. Pero quizás si entendiéramos la casa desde el mero problema de
su tamaño, podríamos decir mejor que la casa es más una distancia a ese fuego
primitivo. Una distancia que alcanza a influir en su espacio inmediato y
construirlo. Porque el tamaño hace la habitación, y tras ella, lo que
íntimamente significa la casa. La habitación se encuentra entrelazada con el
hombre por medio de una sutil red de costuras que llamamos escala, al igual que
se encuentran vinculados el agua y un vaso por medio de una sustancia
aparentemente invisible pero cierta. Por eso la habitación, por sus
dimensiones, es la primera homotecia del hombre.
Santiago
de Molina, 2018
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