Larry Towell
(1953- )
A pesar
de que los intérpretes han perdido gran cuota de ingenuidad al respecto, la
fotografía todavía conserva un resto de mínima manipulación de la realidad de
las cosas.
Este
efecto es aprovechado, naturalmente, por los estafadores de la fe pública,
mediante la más vil de las manipulaciones engañosas. Pero cuando podemos
confiar en la buena fe del fotógrafo, todavía recaemos en una actitud proclive
a considerar que el artista se vuelca honrada y humildemente a que sean las
cosas y las personas fotografiadas las que digan
los suyo. El gesto retórico del fotógrafo es apenas señalar algún aspecto
de lo “real” o “lo dado” con apenas un efecto retórico de indicación y
encuadre. Una retórica mínima, sutil y por lo general, convincente.
Pero lo
que en verdad hacen los fotógrafos de buena fe y talento, es enseñar a ver en
las cosas, las personas y los lugares, aquellos mensajes que escriben en los
paisajes. Así, no le creamos tanto a las fotografías que se nos exhiben, sino
creamos en las que podemos tomar por nosotros mismos, siempre que hayamos
aprendido a ver y leer la escritura de las cosas.
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