Colin Jones
(1936)
Uno no
puede menos que simpatizar con los afanes de nuestras amas de casa por la
limpieza y la adecuada odorización de nuestro ámbito doméstico.
Es a
ese, precisamente ese tono
osmotópico, es al que regresaremos una y otra vez. Y será tal perfume el que
recuperaremos en la memoria afectiva del lugar si de este nos apartamos por
algún tiempo. Una fragancia que resulta de la imperecedera lucha de las
limpiadoras con las miserias de la vida.
Lucha
perdida de antemano, pero ¿qué sería de la condición humana si no se impusiese
una y otra vez, labores extenuantes y batallas de las cuales uno saldrá, antes
o después, vencido por el mismísimo tiempo?
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