Max Pinckers
(1988- )
El
derecho a habitar la ciudad es mucho más que el derecho a servirse de un bien
útil o disfrutar de sus atractivos.
Es el
derecho a intervenir en su conformación física, social y política. Es el
derecho a contribuir a generar reglas de convivencia, a vivirlas y a construir
los consensos que vuelvan razonable la obediencia a ellas. Es el derecho a
generar los contenidos humanos que confieran sentido específico y diferencial a
tener lugar allí y en un entonces.
Habitar
un lugar, para un urbanita, es detentar el derecho a la adecuación, a la
dignidad y al decoro en las condiciones integradas de la vida social tal como
puedan ejercerse en la ciudad que la comunidad erige, desarrolla y gestiona.
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