Jean Pierre
Bonnotte (1938- )
La
tercera especie de los urbanitas la constituye aquella en donde éstos se
aplican ceremoniosamente al atravesamiento de umbrales.
Allí
los habitantes experimentan una emoción recurrente que es el sometimiento a una
transformación de estatutos, de irrupciones, de pasajes rituales. Allí es donde
tiene lugar la modulación de los matices más sutiles de lo público y lo
privado, donde se inauguran ciertas historias, donde se metamorfosean las
envolventes de persona que invisten al sujeto. Allí, en los umbrales, se
intercambian las luces y los rumores, se transforman los adentramientos en
salidas, y las personas tienen lugar en las rupturas de las fronteras más
consolidadas en la arquitectura de las ciudades.
Pues
así es que también puede ser entendida una ciudad y su paisaje: como una
sucesión espasmódica de umbrales que atravesamos escribiendo en la ciudad el
texto de su peculiar y concreta historia menuda.
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