Richard Baxter
Es
acaso imposible no recordar una célebre fotografía de Martin Heidegger
caminando por su bosque. En aquella imagen, el personaje maduro echa sus manos
a la espalda y en ellas aprehende el bastón que le asistirá en su fatiga.
En
la presente, el joven no lo necesita aún y es de esperar que sus reflexiones
emerjan ágiles y gozosas. Ya dispone de todo lo necesario: de razón y tiene
lugar en el bosque, que es el escenario propicio para la marcha pensativa. A no
dudarlo, serán las reflexiones que acompañarán sus sendas de toda la vida por
todo el bosque. Hasta que necesite el auxilio de un bastón.
Martin Heidegger
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