Tyler Mitchell
(1995)
Al
erguirse sobre sus pies, el cuerpo humano eleva física, moral y simbólicamente
sus brazos.
Al
situarse sobre el horizonte, las extremidades superiores —ahora lo son— abrazan
las anchuras del mundo. Es que ahora hay un mundo que ceñir con un gesto. Es
que ahora hay una dimensión nueva en mundo, que es la amplitud, producto del
ademán. Es que ahora hay un nuevo repertorio de signos de la holgura y del
constreñimiento.
Así es
que se inaugura el desahogo del lugar. Abriendo los miembros superiores.

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