La arquitectura es una actividad social de producción en
donde meten la mano varios agentes sociales. En contra de lo que piensan los
arquitectos, éstos no son los verdaderos protagonistas o agentes principales.
La primera figura histórica de un agente social en un
emprendimiento de transformación habitable del territorio es el comitente-usuario. Si consideramos por
agente social un sujeto actuando por sí y liderando una familia o un grupo
social, caracterizaremos a éste como un sujeto que detenta un efectivo poder
social, económico y político, situado generalmente en un estrato social
superior.
Este poder autoriza socialmente la función de reconocer
necesidades y deseos, así como a dar forma social efectiva a una demanda
explícita.
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