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Sobre arañas y tejedores

Observamos que la araña ejecuta la práctica del “tejido” de su tela: es un agente eficaz naturalmente determinado dotado de una conducta.
El obrar humano tiene una diferencia cualitativa radical: el tejedor humano construye con su acción la concepción ideal previa a ésta, imagina las cualidades contingentes del resultado, ensaya diversas variantes en los procesos, dispone variadamente la implementación en el uso del producto... En el desenvolvimiento concreto de la praxis como determinación antropológica fundamental, hay un saber que acompaña como una sombra que contornea las prácticas y las transforma. Este saber, aquí, no se reduce a un conocer, sino que modula la conducta práctica y no se puede entender cabalmente sino con la expresión compleja saber hacer.

El buen obrar, el hacer debido, entonces, no se reduce a la eficacia de una conducta, sino al valor de razón o sinrazón de la componente primera del saber hacer.

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