Los
constructores megalíticos de los crómlechs han conferido valor sagrado a los
recintos practicables.
A lo
largo de un dilatado proceso histórico, los recintos interiores han sido
consagrados cada vez más al ámbito íntimo y personal. En cierto sentido, la
gran historia social del habitar es el proceso mediante el cual la existencia
humana adquiere un valor especial en el alojamiento en los interiores.
Ciertos
recintos practicables son sagrados precisamente porque allí tiene lugar, de
modo adecuado, digno y decoroso, la vida de los mortales.
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