Definición
1.
Lugar en que se atesoran, estudian y exhiben libros y otros documentos.
Pertinencia
Una
biblioteca supone una versión especializada de un museo de libros y documentos.
Comentario
Del
mismo modo que el museo, una biblioteca constituye un lugar dedicado al cultivo
de la memoria. En el caso que nos ocupa aquí, se trata tanto de ámbitos
públicos de acceso franco, destinados a la lectura y estudio, así como ámbitos
privados en donde se atesora un acervo bibliográfico particular. En general
consta de una más o menos extensa área que dispone el conjunto ordenado de la
bibliografía, articulado con un lugar adecuado para la lectura y el estudio.
Las bibliotecas públicas suelen reservar lugares especializados para la
conservación y reproducción del material.
Existen
dos modalidades principales de relación entre el acervo bibliográfico y los
usuarios: por una parte, el acceso franco y fluido de los usuarios a los
anaqueles (como en el caso de las bibliotecas universitarias) y por otra, el
acceso restringido o articulado mediante funcionarios que se encargan de buscar
el material y brindárselo a los usuarios.
En
una biblioteca pública, las salas de lectura son especialmente holgadas para
permitir el uso cómodo de los lectores, previniéndose acondicionamientos
proclives al mantenimiento de la concentración: iluminación generalmente
cenital, medidas de control acústico, etc. Si bien la sala de lectura es un
espacio público, cada lector individual consigue envolverse en una burbuja
íntima en donde interactúa con el texto leído en intensa comunión. En las salas
de lectura de las bibliotecas de centros educativos suelen conformarse pequeños
grupos de estudio, que consiguen, no sin dificultades, concentrar su atención
en los materiales examinados. Es común que se dispongan diversas zonas en
función a la edad de los lectores —es común que se agrupe en lugar especial al
público infantil— o ya en función a su calificación académica —zonas de acceso
restringido a investigadores, por ejemplo—.
Ilustraciones
Poul Friis Nybo
(1869- 1929) Un autor favorito (1929)
Provengo de una clase social en la que
uno de los pocos orgullos domésticos lo constituía la posesión de una
biblioteca doméstica. Esta vestía alguna habitación en donde por otra parte no
proliferaban diferentes ornamentos. Pero nuestro verdadero orgullo no era sólo
la acumulación de volúmenes, sino en el hecho de haberlos leído, y, a veces,
releídos.
Diliff (s/d) Sala de
lectura del British Museum (2006)
Dedicado a todos aquellos que
encontraron verdadero placer en estudiar, animados por la insensata pretensión
de saberlo todo. El vasto desarrollo circular del recinto, magníficamente
coronado por su cúpula es la forma arquitectónica, adecuada, digna y decorosa
de ese glorioso desatino.
Auguste Toulmouche (1829- 1890) En la
biblioteca (1872)
Cómo guardan y conservan sus libros es
un signo de calidad de la civilización en la habitación doméstica.
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