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Aportes al activismo social

Viviendas cooperativas de la Federación Uruguaya de Viviendas de Ayuda Mutua

Pero, ¿de dónde procede la penuria de la vivienda? ¿Cómo ha nacido?
Friedrich Engels, 1873

En nuestro país y en la actualidad, existe un vasto movimiento social singularmente activo en la reivindicación de su derecho a la vivienda.
Las políticas sociales del gobierno responden a su manera y con presupuesto limitado, a través de la denominada política pública de vivienda.
No puede dejarse de reconocer que, ante la movilización popular, el gobierno responde y a la vez propone diversas soluciones habitacionales. Lo que sucede es que tanto el gobierno como los ciudadanos se quedan algo cortos.
En efecto, los ciudadanos operan con el convencimiento de su necesidad de viviendas y el gobierno, por su parte, entiende a éstas como satisfactores.
Pero lo que una Teoría del Habitar tiene que aportar al respecto es que la efectiva demanda social es de lugares, más que de viviendas. Esto significa que:
En primer lugar, lo que la ciudadanía necesita es un sistema estructurado de lugares para habitar que tiene a la residencia como foco particular, pero involucra a todo el territorio en donde efectivamente el habitar tiene lugar: lugares para residir accesibles a los lugares de trabajo, a los servicios urbanos como la educación, la salud, la cultura, el aprovisionamiento. En una palabra, al lugar habitado se llega no con la construcción de viviendas sino con el desarrollo del territorio ciudadano.
En segundo lugar, lo que toda la ciudadanía demanda es el desarrollo de un hábitat adecuado, digno y decoroso. Por ello, debe superarse largamente el instrumento de una política de la vivienda entendida como política social específica para abordar el problema del hábitat en tanto tal. Las políticas sociales de vivienda reproducen la estigmatizante segregación socio-espacial, que a su vez es causa de la desintegración antidemocrática de la ciudad.

En definitiva, una política pública y estratégica de desarrollo del hábitat incorpora a la satisfacción de la demanda social las dimensiones urbana y territorial, así como aporta un panorama más complejo, sí, pero más proporcionado al carácter de derecho humano a habitar que opera como trasfondo.

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