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Holguras y holganzas en el lugar

Joseph DeCamp (1858-1923) La hamaca (1895)

Para el funcionalismo mecanicista, el cuerpo se constriñe a trabajar. De allí que, en torno al esfuerzo se delinee un preciso contorno de los mínimos necesarios.
Pero para un humanismo práctico, el cuerpo en el lugar merece holguras tanto como holganzas.
Merece holguras porque la envolvente de la operación mecánica es apenas funcional a los que explotan el trabajo. ¿El explotado acaso no debe disponer de algún rango de libertad? Las holguras son los signos del decoro.
Merece holganzas porque no se vive para trabajar, sino se trabaja para vivir. La propia vida es el único fin en sí mismo. La vida puede tener el trabajo como función importante, pero no excluyente de la holganza que le confiere sentido

¡Holguras y holganzas en el lugar para todos!

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