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Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (I)


Lang Jingshan (1892-1995)

La opinión del antropólogo Ashley Montagu, basada en pruebas médicas, confirma la primacía del mundo háptico: "[La piel] es el más antiguo y sensible de nuestros órganos, nuestro primer medio de comunicación y nuestro protector más eficaz [ ...]. Incluso la transparente córnea del ojo está recubierta por una capa de piel modificada [ ...]. El tacto es el padre de nuestros ojos, orejas, narices y bocas. Es el sentido que pasó a diferenciarse en los demás, un hecho que parece reconocerse en la antiquísima valoración del tacto como 'la madre de todos los sentidos".
Pallasmaa, 2005

¿Cómo interpretar cabalmente esta hipótesis?
La primacía del mundo háptico debe considerarse al tacto un fundamento de los demás sentidos, en un significado tanto funcional como evolutivo. De esta forma, el tacto es entendido como el sentido primigenio de todas nuestras sensaciones, el más entrañable, el nuclear. De allí se deriva una reconsideración de su papel cognoscitivo contemporáneo, la crítica al dominio de la sensación visual, tan dominante hoy día y, lo que más importa, la refundación de una aisthesis arquitectónica, esto es, una teoría específica de la recepción estética en arquitectura.

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