Édouard
Vuillard (1868- 1940) En la ventana
(s/f)
El
adentramiento en los interiores supone el ejercicio moroso de ciertas
colpoprácticas, esto es, prácticas en donde el cuerpo experimenta la
profundidad propia de los interiores y consigue tener efectivo lugar allí.
Una
vez que se han atravesado los umbrales se asume la profundidad del interior con
conductas signadas tanto por la exploración como por la habituación. Estas
conductas, contradictorias y complementarias, consiguen inmiscuir la burbuja
pericorporal en la estructura fundamental de la estancia. El cuerpo, sólo
entonces, tiene su lugar allí: en la región del aposento en que es recibido,
ahuecándose al efecto, haciendo sitio a la novedad y sumiendo al nuevo
locatario en un orden concertado: el propio de la arquitectura de la estancia y
el que impone el propio cuerpo que se participa.
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