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Reescrituras (XXII): La piel

Silvestro Lega (1826- 1895) La pérgola (1860)

La promenade architecturale es, en definitiva, un ir y venir entre zonas en que los niveles de confort se juzgan  con la piel.

* * *
A quienes nos pretendieron enseñar algo sobre arquitectura nos plantaron, ante la mirada un persistente flujo de hermosas imágenes visuales.
Gran parte de lo que creemos saber sobre la arquitectura se lo debemos a lo que hemos visto de ella. Y sin embargo, las personas se orientan en la decisiva dimensión termotópica de los lugares habitados, resueltamente orientadas por sus percepciones de la piel.

Porque, en verdad, la piel informa mucho sobre una cualidad habitable fundamental de los lugares. Los arquitectos y los estudiantes de arquitectura deberíamos reconsiderar la cuestión.

Dudas

Edvard Munch (1863- 1944) Melancolía (1894)


Todo esto ¿tendrá alguna vez sentido?

Urbanógenos (X)

Paul Klee (1879- 1940) Casa nueva en los suburbios (1924)

La urbanización difusa avanza, inclemente, sobre la periferia: se deshilachan los bordes urbanos no sin violencia, no sin tristeza, no sin una irredimible fealdad.
Esta situación debería revertirse de un modo radical. Las fronteras urbanas deben constituir ámbitos ambientalmente cuidados dados su fragilidad, interés y especial configuración. Los bordes urbanos no pueden reducirse a la mera extenuación del esfuerzo invasivo del hecho urbano. Las interfaces  urbano-rurales deben ser especialmente tratadas en su constitución conectiva, en su valor ambiental y en la necesaria contención de la expansión urbana.
Las fronteras, bordes o interfaces urbano-rurales también pueden constituir urbanógenos.


Puertos, poética de distancias

Georges Seurat (1859- 1891) La Maria, Honfleur (1886)

Un puerto constituye un borde urbano de singulares características poéticas.
Se yuxtaponen a la vez dos ambientes y dos extrañezas mutuas. A los muelles, medidos por los pasos firmes y seguros se le arriman extrañas entidades flotantes, que aun portan improntas de un lejano medio hostil y oscilante. Lo muy lejano yace allí, casi al alcance de la mano y no obstante, siempre del Otro lado del Borde. Los habitantes, de uno y otro Lado, muestran cierta especial circunspección cuando incursionan en la región Otra.

Así como un patio constituye una poética de honduras, los puertos configuran una poética de distancias que no se terminan de vencer.

Viejas cuestiones (XIII) Esferas y laberintos

Daniel Dorall (s/d) Asilo (2005)

Aquí se ha considerado dos configuraciones muy generales de los lugares, más allá de sus accidentes de forma particulares: las esferas, por una parte y los laberintos, por otra.
¿Hay otras configuraciones generales equiparables? ¿Cuáles son?

Todo parece indicar que las configuraciones de esfera y laberinto obedecen a una antigua escisión en el pensamiento. Se piensa, ya en el espacio (y ocurre una esfera como idea fundamental), o ya en el tiempo (donde acontece el laberinto).

Mientras tanto, el lugar concreto debe ser pensado aunando el espacio y el tiempo. Sólo cuando se desarrolle una verdadera historia del pensamiento de esta naturaleza podrán emerger otras configuraciones alternativas.

Reescrituras (XXI): Un garante de la noche subjetiva

Johann Baptist Reiter (1813- 1890) Mujer dormitando (1849)

El lugar tiene la hondura del sueño.


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Un lugar, afirma Sloterdijk, es un garante de la noche subjetiva.
Allí donde nos abandonamos confiados al sueño es en donde ocurre la madriguera, el escondrijo, el germen de toda alcoba o cámara. No se trata de un mero sitio: es un lugar umbral entre la vigilia y el abandono a la hondura de sí.

Por ello las alcobas son profundas en una dimensión existencial de particular contextura: toda la magia y el misterio del interior se abisma

Hermenéutica de las demandas sociales (V)

El diván del Dr. Sigmund Freud

El desarrollo de la hermenéutica de las demandas sociales no se detendrá sino que revertirá sobre sí mismo en forma de autocultivo.
En efecto, es más que esperable que la indagación profunda y la interpretación de los sueños, los deseos y las más diversas formas de la imaginación abra una suerte de caja de Pandora, en donde las revelaciones sean más profundas y quizá más enigmáticas.

Pero seguro que el esfuerzo pagará en un mayor conocimiento de los sujetos y quizá en el alumbramiento o epifanía de una nueva y necesaria forma de arquitectura.

Urbanógenos (IX)

La basura hunde a Montevideo y a los montevideanos

En la actualidad, habitamos sumidos en un basurero: entre los residuos que desechamos y los productos listos para el consumo que se convertirán, cada vez más rápido y más voluminosamente, en basura. Es un momento crítico y oportuno para replantearnos las cosas al respecto.
  • Minorar la cantidad de futuros residuos en la producción y comercialización de mercancías: es forzoso reconsiderar las operaciones de empacado y disposición de los productos.
  • Prolongar la vida útil de los productos consumidos
  • Favorecer el reciclado integral de los residuos
  • Optimizar la disposición final de toda la basura no reciclable
Cuidar la sostenibilidad sistémica de los ciclos de producción, distribución, comercialización, consumo y recirculación es también un ubanógeno.


El punto de vista del urbanita

Jean Sala (1869- 1918) Escena callejera (1918)

Así como en arquitectura es preciso adoptar, desde un punto de vista metódico, la perspectiva propia del habitante, en lo que toca a la ciudad debemos observarla desde el punto de vista del urbanita.
Como habitantes de la ciudad, los urbanitas no pueden reducirse a una figura teórica, sino que deben ser examinados en su diversa condición. Así, los puntos de vista son variados y se integran de modo complejo: hay urbanitas habituados, otros visitantes exploradores, otros actores urbanos comprometidos... Las caracterizaciones posibles son muchas, pero deben ser atendidas, consideradas y concertadas sobre ese producto humano tan rico y complejo como es la ciudad.

Y sólo entonces será posible empezar a considerar a la ciudad y el urbanismo con un mínimo de sensatez.

Plumas ajenas: Manuel Delgado

 El espacio urbano –espacio de los transeúntes y de los tránsitos– es esa región abierta en la que cada cual está con individuos que han devenido, aunque sólo sea un momento, sus semejantes. Es una posibilidad realizada, un escenario en el que diferentes seres humanos se abandonan en él y a él a la dramatización de su voluntad de establecer una relación, ya sea ésta frágil o intensa, originada acaso en lo que fuera una inicial mutua indiferencia. Su condición heterogenética es el resultado de que las codificaciones nacen y se desvanecen constantemente en una tarea innumerable. Lo que luego queda no son sino restos de una sociabilidad naufragada constantemente, nacida para morir al poco, y para dejar lo que queda de ella amontonándose en una vida cotidiana hecha toda ella de pieles mudadas y de huellas. Alrededor del viandante sólo está el tiempo y sus despojos, metáforas que ya no significan nada, pero que quedan ahí, evocando para siempre su sentido olvidado. 

Delgado, 2020
Artículo completo en:

Viejas cuestiones (XII)

Ernst Ludwig Kirchner (1880- 1938) Desnudos (1910)

Se ha afirmado que el derecho a la vivienda es apenas un emergente del derecho a habitar. Por otra parte, no falta quien considera que habitar no constituye un derecho, sino un hecho
¿El propuesto “derecho a habitar” puede tener algún contenido jurídico positivo?

Es innegable que el habitar constituye un hecho consustancial a la condición humana: todos habitamos y habitamos siempre.
Sin embargo, es preciso reconocer, proclamar y defender el derecho a habitar como un derecho social que asegure a todos unas condiciones efectivas adecuadas, dignas y decorosas. La inadecuación, indignidad y falta en el decoro del habitar de muchos de nuestros semejantes agravia a la humanidad en su conjunto. Se trata de un derecho humano cuyo sujeto es la humanidad en su concierto integrado, situada en concretas circunstancias de lugar y tiempo.

Debería encontrarse el modo de construir conciencia social, política y jurídica al respecto.

Reescrituras (XX): La tenuidad

Andrew Wyeth (1917- 2009) Viento del mar (1947)

Vivimos inmersos en un soplo, hálito o aliento, eso que los antiguos griegos llamaban άτμός. Es una dicha tener una revelación de su existencia con la complicidad de unas ligeras cortinas. El mundo nos respira entonces.

* * *

La respirabilidad es la primera condición ambiental de todo lugar.
Esta obvia constatación nos ayuda a entender que un lugar es una interacción entre un sujeto habitante y un sitio terrestre: un lugar no es una simple porción de espacio, sino que supone la indicación de un fenómeno viviente en acto. No puede entenderse como un receptáculo vacante abierto a la pura intromisión del sujeto.
Sujeto, existencia y lugar se copertenecen.

Hermenéutica de las demandas sociales (IV)

Albert Ritzberger (1853-1915) Joven en un sofá (1898)

En la lucha contra la realidad, el hombre tiene solo un arma: la imaginación.
Théophile Gautier

En el intento de interpretar el fondo de la mente humana, debe considerarse a ésta menos una cantera que un campo de cultivo.
Es que la mente no es, a nuestros efectos, un reservorio estático, sino un campo fértil en donde la imaginación debe ser estimulada a efectos de formular sus más hondos y auténticos apetitos y aspiraciones. La hermenéutica de las demandas sociales, por ello, debe estimular los deseos, las alternativas, las solicitaciones sobre una nueva realidad.

En ellas es en donde se encuentran los rasgos de la arquitectura que vendrá.

Urbanógenos (VIII)

¿Y la ciudad?

En la ciudad contemporánea se impone la solución sustentable de los problemas implicados por el tránsito.
La opción por el automóvil privado debe ser sustituida por una mejora estructural del trasporte público, por una parte, y por la promoción de las relaciones urbanas de proximidad, por otra.
Es evidente la negativa sinergia entre la movilidad provista por el automóvil y la urbanización difusa, que extiende las locaciones por el territorio, distanciando la residencia del trabajo, de los centros de estudio, de los diferentes servicios urbanos que afectan decididamente la vida cotidiana.
Una solución sustentable del tránsito vehicular es un estratégico urbanógeno.


La mezquindad en arquitectura

http://elarquitectoimpenitente.blogspot.com.uy/2014/07/la-vivienda-minima-y-otras-quimeras.html

Bajo el signo de la modernidad, y sobre todo de la economía en sus múltiples aspectos, los próceres del Movimiento Moderno desarrollaron,  a principios del siglo XX, un variado catálogo de la vivienda mínima y de la angostura más imposible. Era el minimunexistence. El funcionalismo como una camisa ceñida y prieto como la piel de una serpiente.
Pablo López Hernández, 2017

La mezquindad en arquitectura comienza con el olvido del compromiso mayor de ésta con la vida humana, sustituido por el afán de conseguir construir una cosa.
Pero la mezquindad no se queda allí: la tacañería transforma la gesta constructiva en una explotación de recursos. Así, el habitar del hombre queda constreñido a la especulación con el valor del suelo y a las determinaciones de la pura economía de la construcción. Así, la vida del hombre se arrincona, se encoge, se angustia.

La mezquindad en arquitectura es un atentado violento a la vida buena.

Viejas cuestiones (XI)

Charles François Hutin (1715- 1776) Mujer en sillón (1750)

Aquí se ha afirmado que el habitar debe considerarse, al menos, bajo tres caracterizaciones: como conducta, como práctica y como producción.
¿Qué otras caracterizaciones puede adoptar el habitar?
¿Puede preferirse una caracterización en particular o es preciso abordarlas todas?

La triple caracterización del habitar como conducta, práctica y producción tuvo pretensiones de exhaustividad.
De hecho, el aspecto de conducta es el que aparece en un primer plano y parece relativamente más accesible a la observación, descripción e interpretación. Los aspectos de práctica y producción aparecen un poco más esquemáticamente esbozados en la actualidad.

No puede decirse que esta enumeración cierre necesariamente las caracterizaciones del habitar, pero de momento no han aparecido otras.

Reescrituras (XIX): Tenues horrores cotidianos

George Tooker(1920- 2011) Oficina gubernamental (1956)

Ah de esos lugares en donde nuestra humanidad queda reducida a un número de expediente y donde algunos congéneres hacen lo posible para disimular precisamente esa condición. Habitamos entonces tenues horrores cotidianos.

* * *

Hay que reconocer que habitamos ciertos lugares en donde las organizaciones se ensañan con la humanidad.

Cuando se nos reduce a usuarios, clientes, pacientes, solicitantes se nos priva violentamente de nuestra humana condición de habitantes. Esta violencia vil es causa de hastío, anomia y horror. No nos deberían extrañar los aun escasos estallidos de furia: la deshumanización de ciertas regiones de nuestro mundo los está alimentando sorda y persistentemente.

Hermenéutica de las demandas sociales (III)

Giuseppe Bruno (1836-1904) Niña campesina (1880)

Aparte de la profundidad de los requerimientos y de los sueños, la hermenéutica de las demandas sociales del habitar apunta a inquirir en los recuerdos hondos y en las vivencias palpitantes de vida de las personas.
Es necesario bucear en los recuerdos, en las improntas del habitar que perduran en la memoria afectiva de los sujetos, ya que
Vivimos en un tiempo y habitamos en la memoria.
José Saramago


Por ello, debemos conocer a fondo las arquitecturas de la memoria.

Urbanógenos (VII)

Plaza Gomensoro, Montevideo

Hay equipamientos urbanos que, convenientemente emplazados en lugares públicos y zonas verdes brindan la posibilidad de ser operados, usados e implementados en diversas finalidades por los urbanitas. Tales equipamientos y sus localizaciones resultan efectivos urbanógenos.
Para ello deben ser efectivamente accesibles, adecuados a la diversidad de usos y destinados a diferentes perfiles de habitantes, según sus peculiares condiciones y circunstancias de tiempo y estado del ambiente.

Los lugares públicos equipados para una habitación ciudadana adecuada, digna y decorosa son elementos de decidido valor positivo en la vida urbana: pueden llegar a ser verdaderas avanzadas civilizatorias.

Sobre la arquitectura deslastrada de teoría

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No puede haber arquitectura sin teoría, pues para que la arquitectura pueda ser un modelo de vida debe ser equiparada con el arte el cual solo adquiere sentido o libra éste cuando es contemplado y juzgado, interpretado.
La teoría funda la arquitectura. La obra de arquitectura se construye cuando se piensa, no cuando se levanta físicamente. Eso solo es construcción, una obra que "no levanta cabeza", que no "mira más allá", hacia el más allá, el mundo de los espíritus, el mundo espiritual o ideal.
Una construcción no "da qué pensar"; no ofrece ninguna "visión" del mundo, no invita a relacionarse mejor con el mundo -o a retirarse. Arquitectura es una construcción (plástica, musical, teatral o edilicia) que apela a una visión atenta, a teorizar. Hacer arquitectura es ver el mundo de tal manera que se proyecta o se imagina un espacio de convivencia, de acogida o recogida.
La teoría "es" arquitectura.
Pedro Azara, 2016

Una arquitectura deslastrada de teoría es el ejercicio de una disciplina que se resigna al servicio de la ideología dominante.
La arquitectura fundada en una teoría es más que una disciplina: es un modo conscientemente determinado de producción social, en donde los actores sociales y sus relaciones mutuas son determinantes para la conformación plena del producto arquitectónico.
La arquitectura fundada en una teoría no se resigna a nada que no sea las inevitables limitaciones de la conciencia social que un determinado estadio social implica, a la vez que supone siempre la esperanza de ser un preanuncio de estadios futuros superiores.
La arquitectura fundada en una teoría es un servicio social y no una servidumbre al ejercicio del poder político, económico, social o cultural.

La arquitectura fundada en una teoría es la única esperanza frente al imperio de la ideología dominante, porque una teoría que merezca su nombre es revisable, a diferencia de las representaciones cristalizadas de la ideología.

Viejas cuestiones (X)

Teatro de Epidauro, Grecia

¿Es el lugar un concepto especialmente trascendente para reflexionar sobre el habitar o es que hay algún otro término?

De hecho, la elaboración del concepto de lugar se reveló fértil para originar toda una deriva peculiarmente interesante. Es de reconocer que también el cuerpo, como elemento ordenador del lugar también ha dado lo suyo.
Con la concurrencia de ambos conceptos, en este sitio se ha reflexionado bastante con respecto a una estructura fundamental del lugar, constructo éste que aparece, en la actualidad, muy prometedor.

Pero todo esto no quiere decir que no haya otros elementos o factores que puedan resultar tanto o más interesantes. La puerta está abierta: pase y proponga.

Reescrituras (XVIII): Esta sensible línea que recorta la ciudad sobre el cielo

Carl Gustav Carus (1789- 1869) Vista de Florencia (1841)

Gran parte del logro estético de la arquitectura de un lugar radica en la sabia y sensible línea que recorta su perfil sobre el cielo. Es necesario tratarlo con cuidado.

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La línea que recorta el perfil de la ciudad y sus arquitecturas sobre el cielo es un elemento patrimonial especialmente sutil, frágil y también decisivo.
Esta línea es el principal elemento que denota la plena y particular identidad del lugar, a la vez que implica una impronta en la memoria del habitante y constituye, conjuntamente con la contextura plástica del cielo, un elemento referencial primario. Como es comprensible, dado el desarrollo urbano, esta línea es frágil en su constitución y debe ser peculiarmente tenida en cuenta por todos y cada uno de los actores que en ella intervienen.

Se vuelve decisiva en cuanto es una línea que es preciso cultivar con sentido histórico patrimonial: no puede afectarse de cualquier manera, pero tampoco puede permanecer cristalizada en una situación histórica que no sea particularmente apreciada por quienes viven y cuidan de la identidad, memoria y referencia de los lugares que habitan.