Amélie Beaury-Saurel (1848- 1924) En
las nubes (1894)
En principio, parece natural oponer mitos y pensamiento (mythos, logos). Pero cuando imaginamos,
cuando erramos en el ensueño, las cosas se desdibujan en el humo.
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Un primer elemento que ha de
tenerse en cuenta en este plano es el paso de la tradición oral a diversos
tipos de literatura escrita. Esta transformación ha repercutido con tanta
fuerza en el estatuto del mito en Grecia que para muchos mitólogos
contemporáneos el problema consiste en saber si unos mismos métodos de
interpretación pueden ser válidos para un corpus de relatos orales como
aquellas sobre los que trabajan los etnólogos y para los textos escritos de los
que se ocupan los helenistas: se ha llegado incluso a plantear si se tiene
derecho a colocar las dos clases de documentos en una misma categoría.
Pierre
Vernant
Hay
una transición que no debería soslayarse entre el discurrir de la pura
imaginación, que precede necesariamente a un teorizar que se vuelca desde una
operación que tiene, en la actualidad, un ineludible compromiso con la
escritura.
Y
bien pudiera ser que, antes que un
aparato coherente de razones pueda registrar un conocimiento claro y distinto,
el pensamiento navegue, a tientas, movido por las corrientes del ensueño, de la
conjetura, de la entrevisión.
Para
ello, bueno sería considerar el mito como tal: como un preanuncio, una epifanía
de lo lejano y vagaroso aún.
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