Alfred Stevens
(1823- 1906) Faro en la niebla (s/f)
Toda la presencia de lo humano, situado al abrigo de los
elementos, queda reducida a una pequeña, rítmica y trémula luz.
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El
último de los rasgos del lugar, del sitio efectivamente habitado subsiste en un
tenue y lejano destello de luz. Por esta razón nos han intrigado tanto las
estrellas: porque cada resplandor titilante puede ser un signo revelador de
otra vida, allá lejos. Por esta razón es que ponemos faros en la costa: para
señalar el lado de la vida. Por esta razón, cada casa es una retaguardia: allí
donde al regreso de todos los caminos nos conforta una luz que nos señala el
aquí más propio.
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