Es
tan atronador el silencio de los navegantes de esta página, que a su autor le
vienen ganas de tomarse un descanso definitivo de estos menesteres.
¿Es
que es suficiente con el flujo unidireccional de la palabra? Ayúdenme a pensar,
por favor.
¿Es
que todo lo dicho aquí puede acogerse con un silencio aquiescente? Ayúdenme a
corregir el rumbo, por favor.
¿Es
que nada más puede agregarse a lo ya dicho? Ayúdenme a volver una y otra vez
contra el espacio en blanco.
Discutidores,
polemistas, críticos; los convoco con todo gusto y no sin angustia por su mutismo.
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