Rabdomante, en
Pierre le Brun, Histoire critique des pratiques superstitieuses
Con
las inquisiciones al habitante no se agota la necesaria labor hermenéutica de
los arquitectos de vocación humanista.
También
hay que interrogar, palpar, auscultar los Signos, las Señales de los genios
lugareños. También es preciso munirse de herramientas sofisticadas para oír las
voces y los ecos propios del lugar. También es imperioso ofrendar ritos
propiciatorios antes que una intromisión violenta y desaprensiva en el solar.
Porque siempre somos intrusos, aunque, con buenos modales y ritos, podemos ser
bienvenidos y bienaventurados.
Y no
se trata sólo de cateos sobre la capacidad mecánica de los suelos.
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