Vilhelm
Hammershøi (1864-1916) Interior con joven
de espaldas (1904)
Principio
quieren las cosas.
Una
ética humanista en arquitectura bien podría iniciar su camino desde un hito: Primero está la condición humana de la vida
y sólo luego, los artefactos arquitectónicos.
Esta
afirmación implica de suyo considerar el arte de la arquitectura como servicio social antes que un arte en el sentido usual del término. Si
primero está la condición humana de la vida, entonces y necesariamente, el
oficio y la profesión del arquitecto son servidores comprometidos de su mejor
causa. De este modo se pone en serio entredicho la idea de la eventual
autonomía disciplinar de la arquitectura fundada en el diseño y construcción de
artefactos, para pasar a considerar una labor, en principio hermenéutica y
luego una asistencia a las formas que la
vida adopta al habitar las personas los lugares.
Y una
vez dado este posible primer paso, todo es ponerse a caminar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario