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Plumas ajenas: Jan Gehl

Si queremos que las ciudades y los edificios se conviertan en lugares atractivos para que las personas los usen, habrá que tratar consistentemente a la escala humana de un modo nuevo. Trabajar con esta escala es la faceta más dificultosa y más sensible de todas las que aparecen en el proceso de planeamiento. Si esta tarea es ignorada o fracasa, la vida urbana nunca tendrá oportunidad de florecer. La extendida práctica de moldear las ciudades desde arriba y desde afuera debe ser reemplazada con nuevos procedimientos que vayan desde abajo y desde adentro, en línea con el siguiente principio: primero la vida, después el espacio y por último los edificios.
Al revés del orden que antiguamente proponía el planeamiento urbano, que priorizaba los edificios, luego el espacio y (a lo mejor) un poco de la vida, trabajar con la dimensión humana requiere que la vida y el espacio sean tomadas como las cuestiones primordiales antes que los edificios.

Jan Gehl, 2010

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