Carlo Scarpa (1906-1978)
Escalera en Castelvecchio, Verona
Una
lección arquitectónica de un verdadero maestro de la arquitectura: un problema singular merece una completa
reelaboración en el diseño.
La
restricción, en este caso, proviene de disponer de un escaso desarrollo
horizontal para ganar una gran altura. Esto supone un desafío a la
consabida ley de Blondel, que reina sobre las escaleras. La solución consiste
en reelaborar el diseño de la propia marcha, que en vez de consistir en un
recto, único y regular acontecer, se reinterpreta en clave de alternancias de
saltos y vueltas regulares, que hacen pendular el cuerpo en torno a su plano
horizontal.
El
artificio resulta más cómodo para subir que para bajar, es cierto, pero
consigue ser memorable: todo está por inventar, si uno se toma las cosas muy en
serio. Y las escaleras son cuestiones para abordarlas muy en serio.
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