Hashiguchi
Goyo (1880- 1921) Mujer en el baño
(1915)
Si
uno se resigna a considerar con atención y seriedad la publicidad televisiva,
puede llegar a creer firmemente que no hay asunto más arduo que el
mantenimiento decoroso de la cabellera, peculiarmente la femenina. Pero eso no
es todo. Contemplar el interior de un gabinete de productos de toilette es
apreciar la magnitud en que la industria cosmética se ensaña con la piel
humana. Nuestra condición de consumidores nos vuelve dóciles a tales
incitaciones y es así que nuestras salas de baño proliferan en toda clase de
productos al alcance de la mano.
Habitar
un baño, en la actualidad, consiste en central el cuerpo en un reducto
relativamente reducido y estirar la mano en diversas direcciones para aplicar
la más dilatada gama de productos. Todos ellos dedicados al halago de la piel.
El
decoro personal, por lo visto, da trabajo.
Tanto al locatario del duchero como a la industria, que desespera en los medios
masivos de comunicación para que se elijan sus ofertas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario