Victor Horta
(1861- 1947) Escalera en la residencia Tassel (1893)
La
vivencia de las escaleras no se reduce al puro juego de piernas.
Las
escaleras se juzgan también con las manos. Hay un componente táctico y háptico
que suele negligirse en la actualidad, cuando los pasamanos se reducen a
indecorosos expedientes. Pero en épocas de furor diseñador, como en la del Art Noveau, este aspecto fue puesto de
manifiesto con pasión.
Las
escaleras también deben apreciarse en su magnitud quirotópica, esto es, cómo y
cuánto resultan bienes a la mano.
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