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Dimensiones humanas de las ventanas (I) Profundidad perspectiva


La dama en la ventana. Marfil fenicio

En principio apenas si sucedió un mero agujero en un muro, un puro expediente para una sumaria ventilación, apenas un ventanuco.
Pero cuando ocurre una ventana que merezca la dignidad de tal denominación, es cuando una mirada humana la atraviesa para ver más allá.
Y entonces sucede algo virtuoso: desde el cobijo del cubil es posible dirigir una perspectiva sobre el mundo circundante. Desde el interior al que siempre regresamos puede establecerse un punto de vista para abordar todos los derroteros.
Una mujer asomada en la ventana vuelve a inaugurar, prístinas, todas las ventanas que han sido y serán.

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