La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la
que plantea qué tipo de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de
estilos de vida, de tecnologías y de valores estéticos deseamos.
David Harvey
En nuestras
ciudades se suele cultivar una ingenua esperanza que ante cada problema en ella
encontrará, tarde o temprano, una solución ingeniosa, smart, que conseguirá que vivamos todos necesariamente mejor.
Sin
embargo, la cruda realidad es que nuestras ciudades devienen cada vez más
invivibles. Porque no hay ciudades smart
sin justicia social y política. Y no hay tecnologías que solucionen esto.
Por
ello, deben ser desarrolladas nuevas y humildes tecnologías a partir de una
base necesariamente utópica, precisamente porque la “realidad” y la resignación
a ella nos lleva al desastre.
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