Théo van
Rysselberghe (1862 –1926) Joven con cinta
roja (s/f)
Las
formas de la vida pueden observarse, describirse, interpretarse y comprenderse
mediante un abordaje adecuado. Es forzoso contornear la figura del cuerpo y
seguir la estela de sus movimientos y actitudes. Hay un vasto territorio para
unas nuevas anatomías y fisiologías humanas: las propias de la vida cotidiana.
Se abren amplias y profundas perspectivas para un humanismo forjado en la
observación de las personas en su sitio.
Es
preciso y fundamental reconocer cómo, de un modo concreto, la conducta
habitable constituye formas, contenidos y significaciones propios. Con esto,
comenzamos a andar.
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