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Imaginarios del cuerpo (I)



Según Platón, el cuerpo apenas si es la parte material y perecedera del ser humano: es, según lo imagina, una cárcel para el alma.
Esta calificación responde a una mirada precavida sobre las pasiones propias del cuerpo que impiden que el alma pueda remontarse hacia la verdad. Por ello es que el cuerpo recluye y oprime el alma, alejando a ésta de la pura contemplación de las ideas.
Así, la imaginación platónica desconfía del cuerpo y apuesta todo su interés en la purificación ideal del alma.

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