Jessie Willcox
Smith (1863-1935) Jardín de versos
(1905)
En una
cultura que considera la Naturaleza como mero recurso comodificable, los
habitantes humanos resultamos ser entrometidos extraños y hostiles.
Sin
embargo, en una cultura que considere ecuánime la copresencia de personas en el
ambiente, los sujetos se ganarían a justo título la característica de habitantes
plenos, adecuados y dignos sólo cuando tales presencias resultaran del cultivo metódico de su ambiente. Sólo
cuando la cultura del cultivo reemplace la falaz conducta expoliadora del
ambiente, la población humana resultará apropiada con legitimidad.
Suena
utópico ¿pero es ineluctable resignarse al actual y lastimoso estado de cosas?
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