Eugène Vallin
(1856-1922) Comedor Masson (1306)
En
nuestros tiempos la poética arquitectónica apenas si implica una administración
especialmente mezquina del valor agregado.
Asombra
ahora ver el empeño que los artesanos medievales se aplicaban a la resolución
de cada pormenor, haciéndose las cosas tal
como es debido. Un recorrido por las cubiertas de la Catedral de Milán, por
ejemplo, puede resultar aleccionador. Por otra parte, suscita no menos asombro
la prodigación de trabajo artesano y diseño integral en las arquitecturas art
nouveau. En comparación, nuestra arquitectura corriente contemporánea es
barata, chapucera y deprivada del sentido superior del trabajo bien realizado.
En la
actualidad, el sentido de lo cumplido en la obra arquitectónica se agota con la
magnitud del presupuesto disponible. Y es una tragedia, porque nos rodeamos de
cosas y edificios depauperados material y simbólicamente, con lo que se nos
vuelve más expeditivamente consumibles
y menos simbólicamente consumables.
Así de pobre es nuestra vida.
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