Ronda, España
Que se
dispongan aquí y allá lugares para la estancia pensativa será en un no lejano
futuro, reivindicaciones sociales tanto más agudas cuanto más frenético se
vuelva el pulso de la vida cotidiana.
El
habitar calmo se está volviendo un bien escaso. Por ello, la disposición de estancias
de demora, esto es, lugares en que sea posible detenerse a pensar, se volverá
una demanda social imperiosa y no sólo un emplazamiento puramente pintoresco o
amable. En la medida en que nuestras ciudades se nos vuelven cada vez más
hostiles y fugaces, estos lugares singulares en que pueda suceder la reflexión
detenida y gozosa en su tranquilidad serán cada vez más apreciados.
¿Sólo
entonces terminaremos por entender que los acontecimientos urbanos deben
ponerse al servicio de las personas? Ojalá conservemos algo de cordura para
reparar esta cuestión a tiempo.
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