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¿Un urbanismo arquitectónico de austeridad?


Conjunto habitacional Euskalerría, Montevideo

En lo que se refiere a las políticas sobre la ciudad, necesitamos un urbanismo de la austeridad, por utilizar una expresión que ya usó Giuseppe Campos Venutti en un conocido libro. Es obscena la pretensión de muchos arquitectos de hacer una arquitectura arrogante, exhibicionista e irresponsable. En un mundo con graves desigualdades, donde se mantienen extensas áreas de pobreza, no podemos despilfarrar. La arquitectura y el urbanismo han de ser austeros. Y debemos exigir esa misma austeridad, frugalidad y contención al conjunto de la sociedad.
Horacio Capel, 2010

Hay que tener sumo cuidado al reivindicar una condición austera para el urbanismo arquitectónico de la actualidad.
Es cierto que, en determinados enclaves del Primer Mundo, el tardocapitalismo alienta formas ostentosas hasta la obscenidad... en algunos sitios especialmente privilegiados. La contracara necesaria de tal ostentación especialmente localizada es el empobrecimiento material y simbólico en los hábitats populares. Este empobrecimiento material y simbólico resulta infamante, estigmatizante y segregador. No se trata meramente de un problema puramente distributivo, sino una política antidecorosa del desarrollo urbano signado por la desigualdad estructural.
Quizá la solución no esté en algún punto intermedio y conciliador entre el dispendio y la pauperización, sino en un radical cambio de ejes conceptuales para el desarrollo urbano. Quizá la solución empiece por poner a la dignidad de las personas por delante de las lógicas impersonales del mercado. Quizá la solución comience con un estado de las almas proclive al concierto social antes que a la desaforada competencia por el suelo urbano, por los recursos ambientales diferenciales y por la economía esquilmante de la actualidad.

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