AFTERGLOW
Siempre es conmovedor el ocaso
por indigente o charro que sea,
pero más conmovedor todavía
es aquel brillo desesperado y
final
que herrumbra la llanura
cuando el sol último se ha
hundido.
Nos duele sostener esa luz
tirante y distinta,
esa alucinación que impone al
espacio
el unánime miedo de la sombra
y que cesa de golpe
cuando notamos su falsía,
como cesan los sueños
cuando sabemos que soñamos.
Jorge
Luis Borges, 1923
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