Salvador Dalí
(1904- 1989) El nacimiento de una
divinidad (1960)
Espacio
y tiempo son abstracciones operativas que provienen del concepto mucho más
concreto de lugar.
Hay que
reconocer que debe haber abundantes y sólidas razones para la diferenciación
entre unas tres dimensiones espaciales y el tiempo. Sin embargo, para
reflexionar con rigor con respecto al habitar, parece conveniente desandar este
prolongado curso del pensamiento para recuperar la vivencia concreta y vital
del lugar.
Esto
tiene la virtud de concentrarse en ese tener
lugar constitutivo de la condición humana, así como para descubrir, en una
antropología atenta del cuerpo, una proliferación de dimensiones emanadas de la
situación propia del cuerpo. En Teoría del Habitar es posible concebir una
Estructura Fundamental del Lugar a partir de la constitución de una panoplia
estructurada de dimensiones que el cuerpo del habitante irradia sobre el sitio
que puebla.
Como
corolario subsiguiente a todas estas consideraciones, la Teoría construye la
hipótesis de la existencia de una Arquitectura del Lugar, como estructura
blanda y sutil que toma contacto, punto por punto con la arquitectura material
que somos capaces de proyectar y construir.
Con
todo, el examen filosófico profundo de esta cuestión constituye un desafío para
el examen riguroso y calificado. ¡Ayudadnos, filósofos!
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