Henri
Cartier-Bresson (1908- 2004)
Los
territorios son vastos tableros de juego, sobre los cuales impera un orden de
reglas; mientras que los habitantes hacen, como pueden, sus juegos, sus
tácticas y sus estrategias.
Toda
vez que la arquitectura del lugar prolifera en articulaciones y anisotropías,
los límites y umbrales son administrados por los jugadores de la vida según una
disímil y jerarquizada distribución de roles y status. Conocer estas reglas del
juego supone disciplinarse allí en donde impera la civilización y el poder
legitimado. La adecuación funcional de los lugares y ámbitos es apenas un
sustento mínimo de racionalidad instrumental, mientras que la dignidad y el
decoro son lo que son, precisamente en cada gesto al trasponer cada uno de los
sucesivos umbrales con especial circunspección y etiqueta.
La
arquitectura del lugar es una arquitectura de estas reglas de juego.
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