Matt Stuart
(1974)
Cae la
jornada y a los urbanitas nos vence la fatiga.
Son
tantos los estímulos, las incitaciones al consumo, los frenesíes de los
tránsitos que, apenas se hunde la luz del sol, nos encontramos exhaustos y
hartos de todo. Son tantas las agitaciones, los inseguros procedimientos, las
alertas, que ansiamos huir, prestos de todo esto. Y todo esto, es lo urbano,
precisamente lo que nos presta nuestra peculiar condición e identidad de
habitantes.
Así, la
vida urbana nos sacude con saña y luego nos tira hacia los sueños cada vez más
atribulados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario