Georges Perec. La vida, instrucciones de uso
Lo que nos habla, me parece, es siempre
el acontecimiento, lo insólito, lo extraordinario.
Georges
Perec
Es
forzoso rendirse a la evidencia del papel trascendente que tiene para toda
literatura posible, la virtud poética del acontecimiento.
El
suceso insólito es, por sí mismo, un signo de lo extraordinario que deja una
marca en la superficie prístina del mundo vivido. La poética explota esta
virtud, bien porque simplemente se hace eco de lo vivido, bien porque encuentra
las mejores palabras para dar cuenta de esto. Quizá por ello la literatura, por
lo general, acude al evento en busca de atención, interés y belleza. La virtud
poética, entonces es propia del acontecimiento insólito y todo lo demás viene
en añadidura. Pero, es preciso reconocerlo, en la poética de la vida no todo
es, necesariamente, extraordinario.
Otro
asunto de interés es la invocación de Perec a lo que nos habla. Hay una poesía primigenia en el decir, antes de
la constitución de su registro escrito. Y este proferir es asunto más de la
vida misma que la del poeta, que siempre viene después y en consecuencia.
Porque la vida imita al arte cuando produce significados. Luego es que el arte poético produce sentido al referirse a lo que
vive.
Así, la
escritura de la vida no es más que un signo durable de un signo fugaz de habla
que es signo. a su vez, del evanescente declinar de las cosas de la vida. Con
tan complejas operaciones semióticas es esperable que prevalezca apenas lo
extraordinario.
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