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El interés por lo infraordinario (II) La poética de la vida


Georges Perec. La vida, instrucciones de uso

Lo que nos habla, me parece, es siempre el acontecimiento, lo insólito, lo extraordinario.
Georges Perec

Es forzoso rendirse a la evidencia del papel trascendente que tiene para toda literatura posible, la virtud poética del acontecimiento.
El suceso insólito es, por sí mismo, un signo de lo extraordinario que deja una marca en la superficie prístina del mundo vivido. La poética explota esta virtud, bien porque simplemente se hace eco de lo vivido, bien porque encuentra las mejores palabras para dar cuenta de esto. Quizá por ello la literatura, por lo general, acude al evento en busca de atención, interés y belleza. La virtud poética, entonces es propia del acontecimiento insólito y todo lo demás viene en añadidura. Pero, es preciso reconocerlo, en la poética de la vida no todo es, necesariamente, extraordinario.
Otro asunto de interés es la invocación de Perec a lo que nos habla. Hay una poesía primigenia en el decir, antes de la constitución de su registro escrito. Y este proferir es asunto más de la vida misma que la del poeta, que siempre viene después y en consecuencia. Porque la vida imita al arte cuando produce significados. Luego es que el arte poético produce sentido al referirse a lo que vive.
Así, la escritura de la vida no es más que un signo durable de un signo fugaz de habla que es signo. a su vez, del evanescente declinar de las cosas de la vida. Con tan complejas operaciones semióticas es esperable que prevalezca apenas lo extraordinario.

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