Páginas

Lo que queda del día (IV)


Peter Merts (1950)

Las arquitecturas abandonadas, si bien guardan la escritura de la vida que ha sido, no constituyen, sin embargo, un epitafio.
La vida no ha muerto allí, sino que ha desaparecido sin destino conocido. No obstante, el lugar testimonia las heridas de su condición de antaño. Se trata de una ruina arquitectónica más que constructiva. Porque el interruptor puede operar, quizá, la apertura o clausura de los circuitos correspondientes, pero ha desaparecido la razón para que alguien juzgue del caso realizarlo.
En las arquitecturas abandonadas es donde podemos apreciar, de modo particular, sobre lo que hay que agregar de sentido a una construcción para que llegue a ser, en forma cabal, una arquitectura. La arquitectura es algo distinto que una máquina para habitar, no está de más repetirlo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario