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Habitar demorándose

Joseph DeCamp (1858- 1923) La costurera (1916)

Habitar una estancia supone hacer centro, esto es, concentrar las actividades en un punto, distribuir desde allí sus efectos, organizarse el cuerpo en el lugar según el designio fundamental de una actividad definida por su referencia aquí y ahora. El detener la marcha es darse la oportunidad de deliberar, de urdir, de operar.
La demora transforma una simple locación en una promesa u oportunidad de morada. Por ello, tomarse las cosas con calma es encontrar las circunstancias de espacio y tiempo para conseguir la apropiación de una estancia.

Habitar una estancia es una experiencia de plenitud. Por ello es que el habitar de los tránsitos aparece relativamente rarificado.

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