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Actividades del habitar en apretado resumen

Constantin Meunier (1831–1905) Mineros a la salida del túnel (s/f)

Según parece, todas las actividades humanas del habitar pueden resumirse en estancias, tránsitos y trasposición de límites.
Desde el punto de vista de un observador externo, las actividades del habitar son propias de unos consecuentes espeleólogos de las atmósferas.
En principio, todo es excavar, prospectar y adentrarse venciendo una tenue resistencia. A esto le suele seguir un errar explorador de cavidades, de canales, de túneles. Hasta encontrar una forma para tomar asiento, sentar plaza, someter a posesión y presencia.

Y esto, con ser todo, es lo que hacemos sin cesar, hasta exhalar nuestro postrer quejido, vencidos, yacentes y finales.

Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (XI)


Iwase Yoshiyuki (1904-2001)

La expresión artística tiene que ver con los significados pre-verbales del mundo, significados que se incorporan y se viven más que entenderse de forma meramente intelectual. En mi opinión, la poesía tiene la capacidad de devolvemos momentáneamente al mundo oral y envolvente. La palabra oralizada de nuevo por la poesía nos devuelve al centro de un mundo interior. Como Gaston Bachelard apunta, "El poeta habla en el umbral del ser”, pero también se sitúa en el umbral del lenguaje. Asimismo, la tarea del arte y de la arquitectura generalmente consiste en reconstruir la experiencia de un mundo interior indiferenciado del que no somos simples espectadores, sino al que pertenecemos inseparablemente. En las obras artísticas, el entendimiento existencial surge de nuestro encuentro mismo con el mundo y con nuestro ser-en-el-mundo; no se conceptualiza ni se intelectualiza.
Pallasmaa, 2005

Si, como afirma con razón Bachelard, el poeta habla en el umbral del ser, es porque los seres humanos, poetas o no, somos seres liminares, habitantes — a veces virtuosos, pero siempre ocupantes— de umbrales.
La aspiración legítima de una arquitectura en verdad humanista es conseguir la construcción metódica de lugares para que el encuentro de los seres con el mundo se resuelva de la mejor y más sencilla manera. Por ello, la arquitectura humanista debe prodigarse en umbrales propicios al pleno y gozoso bienestar humano.
Toda verdadera obra maestra arquitectónica es aquella que brinda umbral propicio a la presencia humana.

Urbanización sin ciudad como patología del habitar (V)

Suburbio atomizado

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016
Toda vez que tanto nuestros empresarios inmobiliarios, nuestras autoridades municipales, nuestros urbanistas, nuestros arquitectos y nuestros conciudadanos olvidan ciertos hechos sobre la ciudad, ésta se extiende, dispersa y fragmentada en dirección ineluctable a su completa atomización.
Lo que se olvida que es propio de la ciudad las más diversas, complejas y ricas hibridaciones, solapamientos y yuxtaposiciones. La ciudad es escenario de lo diverso, de lo heteróclito y complementario. La ciudad es una estructura y sistema propios de una comunidad de asentamiento.

La actual urbanización sin ciudad se ha olvidado de los ciudadanos y de su protagonismo inherente al hecho urbano como realidad histórica.

Apuntes de viaje (X) Habitar la Postal: Lisboa


Lisboa, 2016


He hablado un buen tiempo, pero sólo de un tipo de fotografía. Hay muchos. Evidentemente son fotografía la fotografía borrosa que llevamos en nuestra billetera, las fotos brillantes del catálogo publicitario y un buen número de cosas más. No pretendo definirla para todo el mundo. Sólo intento definirla para mí mismo: para mí la fotografía es el reconocimiento simultáneo, en una fracción de segundo, de la significación de un hecho con la organización precisa de las formas que dan a ese hecho expresión propia.
Henri Cartier-Bresson

El respetado fotógrafo francés comentó su trabajo bajo el epígrafe El Instante Decisivo. Estas líneas constituyen mi homenaje a su labor impar.

Esta agraciada postal de Lisboa es obra no ya efecto del encuadre más o menos logrado, sino de la feliz circunstancia que en este bello enclave de Lisboa irrumpiese, en el instante decisivo, el tranvía que completara el paisaje. Nótese que la escena, desprovista de la presencia del vehículo, sería, a lo sumo, una impresión del efecto que da el cierre de la perspectiva por parte del templo religioso, tema de interés limitado.
Sólo cuando aparece el tranvía es que todos los elementos se resignifican: estamos en Lisboa y esto es una calma felicidad. La placidez que proviene que cada cosa está en su lugar. Alguien puede llamar arquitectura a este virtuoso orden finalista de los elementos. Orden finalista tanto en el espacio como en el tiempo.

La hora de los niños

Simon Glücklich (1863–1943) Deberes (s/f)

Nos hacemos un mundo a la medida de adultos en donde deambulan, por aquí y por allí, estas pequeñas criaturas que crecen rápido y que implementan nuestros enseres con envidiable capacidad de adaptación.

Ya es hora de pensar en diseñarles y construirles una arquitectura (y un mundo) más a su escala y, a la vez, más respetuosa del tamaño de sus esperanzas.

Un deseo nuclear de habitar

Evariste Carpentier (1845- 1922) Los viejos (s/f)

Tenemos una intimidad que proteger. Tenemos que tener un lugar al que volver uno y otro día.
Es por eso que deseamos contar con una casa, como deseo nuclear de habitar. En torno a este origen de coordenadas espaciotemporales se organiza todo el sistema de lugares que efectivamente habitamos en presencia, ocupación y tránsito. Hay una parte del mundo al que volvemos habitual, experimentado en profundidad, vivido con perseverancia. La casa es por donde recomienza cada día ese sistema de lugares: es una esfera y también el umbral de un laberinto hacia afuera y hacia adentro.

La casa comienza por ser un deseo puramente nuclear de habitar.

¿Crisis de vivienda o crisis de habitación?

Hablan los muros

La cada vez más aguda crisis de la vivienda es más bien una crisis de la habitación, entendiendo por tal, tanto el contenedor espacial como el acto de habitar, ambas cosas a la vez. Este problema desborda por completo a lo que corrientemente se entiende por vivienda, pues el habitar tiene lugar también fuera de la vivienda, en el contexto urbano y por otro lado ésta no se reduce a un mero instrumento puesto a disposición de determinados sujetos, sus usuarios.
Eduardo Serrano Muñoz, 2003

Podemos caracterizar a nuestra situación deficitaria latinoamericana como una crisis de vivienda. Pero también podemos denominarla una crisis de habitación.
Bajo la primera denominación, el problema se circunscribe al puro hecho de la existencia de gente sin casas, esto es, gente sin acceso a unos satisfactores específicos.
Pero podemos advertir que la segunda formulación tiene aspectos de mayor complejidad y quizá mejor caracterización social, económica y política. Nuestro hábitat es insatisfactorio en términos globales, estructurales y sistémicos. Hay, tras la ingenua expresión popular “casas sin gente”, una realidad no menos aflictiva que la realidad de la infravivienda: una ciudad a la que le sobra la gente.

Por ello, nos enfrentamos en realidad a una profunda crisis de habitación y así deberemos asumir el desafío sociopolítico de la hora.

Nihilización y edificación

August Ahlborn (1796- 1857) Grecia en la época dorada (1836)

El olvido —que no la ignorancia— es quizá la condición de la edificación 

Pedro Azara, 2016

La operación de edificar es precedida por una negación.
En efecto, el lugar de la nueva edificación no puede ser ocupado por otra cosa, por lo que el solar debe ser vaciado de preexistencias. Así opera el constructor.
Pero para el arquitecto —que no es sólo un constructor— las cosas no son tan sencillas. No le es posible al arquitecto ignorar las preexistencias; sólo le es posible sustituir con su obrar algo del lugar por una novedad que allí ha echado raíces. Algo se olvida entonces para tener otra cosa presente. El templo hace olvidar el mero paraje yermo.
Pero el lugar, en sí, no se consagra puramente con la novedad del templo, sino que es su carácter sagrado el que se desoculta y revela, por obra de la arquitectura. Y entonces el temenos, el recinto sagrado, pervive mucho más allá que el propio templo.

Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (X)


Jock Sturges (1947)

La creciente hegemonía del ojo parece ir en paralelo al desarrollo de la autoconciencia occidental y la separación cada vez mayor entre el yo y el mundo; la vista nos separa del mundo, mientras que el resto de sentidos nos une a él.
Pallasmaa, 2005

Ya a esta altura me atrevo a lanzar mis propias hipótesis que juegan con las propuestas por nuestro autor.
¿Y si sucediese que —en principio— la vista nos separa virtuosamente del objeto para —luego— alienarnos del mismo? Sólo después de tal experiencia y después de una crítica reflexiva podremos darnos cuenta de aquello que hacemos con los sentidos: ir y volver entre nosotros y el mundo en donde tenemos lugar.
Porque las cosas que podemos tocar y considerar en nuestra aparente unidad de egos y mundo, no obstante su proximidad y roce, son también otras y diversas.

Urbanización sin ciudad como patología del habitar (IV)

Ahwatukee,  Phoenix, Arizona

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016

Hay que rendirse a la evidencia que nuestra cultura, deudora de la ideología tardocapitalista, es una cultura de exclusión.
Allí donde impera la consigna que reza: tanto tienes, tanto vales, la exclusión mutua de los distintos estratos socioeconómicos es una regla sistémica. Esto se expresa en la urbanización actual, que segrega las localizaciones, haciendo del territorio un mosaico de diferentes poblaciones rigurosamente reunidas y diferenciadas por bordes de segregación. Los portones de las gated communities son un signo patente, pero hay otros más discretos: todo el mundo sabe qué significa vivir de un lado u otro de ciertas avenidas.

Una urbanización que se desarrolla en forma segregadora no resulta en una ciudad, sino en un agregado de zonas socioeconómicas segregadas de residencia. Cabe preguntarse entonces y a título de ejemplo ¿qué clase de entidad es Montevideo en la actualidad?

Apuntes de viaje (IX) Las regiones mágicas en el Jardín


Giardino Bardini, Florencia, 2017

Los jardines que gustamos visitar se prodigan en encantos, pero es en ciertas regiones de estos donde se cultivan ciertas virtudes que nos conmueven, honda y perdurablemente.
Es difícil de explicarlo y no es tan arduo mostrarlo en una fotografía. Esta sólo es una ayuda a la memoria para evocar la emoción de sentir el rumor del agua, apreciar en la piel la frescura del rincón, deleitarse con la fragancia particular del enclave y todas las demás sensaciones que concurren en hacer de esta región un sortilegio.
Porque en el Jardín hay, por cierto, hechizos y hay que preparar el alma para experimentarlos.

Un paso más allá de la dignidad: una apertura hacia la libertad

Frank Bramley (1857- 1915) Mientras cae suavemente la noche (1909)

A toda la humanidad debería reconocérsele ese derecho de construir sus propias habitaciones, pero sin perder ese otro derecho fundamental que es el derecho a que esas estancias contengan el infinito. Ese sería el principio de “otra” dignidad elemental que no es la de la simple y necesaria “vivienda digna”.
Santiago de Molina, 2016

Las moradas del hombre, según el derecho fundamental a habitar, deben resultar adecuadas, dignas y también decorosas.
Y un aspecto no menor de este decoro es ofrecer una apertura hacia la libertad fundamental, que es esa infinitud propia de la condición humana. Desde que somos un proyecto, ni aún el horizonte nos confina.

Por eso, una morada decorosa debe abrirnos ventanas y terrazas a lo más allá.

Otro paciente escritor de epístolas

Valentin de Boulogne (1591- 1632) San Pablo escribiendo sus epístolas (1620)


¿Hasta cuándo podré seguir escribiendo en esta soledad en que aturde el silencio? ¿Hay alguien que responda del otro lado de la epístola diaria que se sucede día tras día sin encontrar eco? ¿En dónde queda el furor por entender algo de lo que pasa alrededor de la mesa, allí en la oscuridad que me terminará venciendo?

Se ha lanzado a la venta en Buenos Aires mi Tratado de Teoría del Habitar. Véanse más detalles en https://www.cp67.com/arquitectura/?sort_by=created-descending

Caminos de vuelta

Aquí un lugar para recibir críticas, palabras de aliento, mensajes, contactos, sugerencias, observaciones, alternativas, sospechas, conjeturas, opiniones, pareceres, adhesiones, comentarios, instancias fáticas, acuses de recibo, disidencias y consejos.

Hibridaciones, solapamientos, yuxtaposiciones

Louis Stettner (1922- ) Compras (1988)

El funcionalismo en arquitectura y urbanismo predica a cada cosa un lugar y un lugar a cada cosa. Pero la vida de las ciudades, por fortuna, abunda en colisiones.
Es que una ciudad es un escenario de hibridaciones, solapamientos, yuxtaposiciones. Esa es su propia vida.

Y es ese aspecto que suele desaparecer en los prolijos planos de los urbanistas.

Emergencias del Jardín

Oswald Achenbach (1827–1905) Jardines de Villa Borghese (1886)

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
Miguel Hernández

El Jardín, que siempre es el mismo y que aparece por aquí y por allá, emerge sólo donde se le ofrecen ocasiones propicias.
En cada lugar del mundo en que ocurre, siempre hay algo elegíaco. Apenas si podemos recordar, mediante un fragmento remanente cómo era todo el mundo antes.

Por eso, no hay hermosura riente del palpitar de la vida en el Jardín que no evoque una dicha perdida ya hace demasiado tiempo y quizá para siempre.

Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (IX)


Kristopher Grunert (1978)

El ojo hegemónico trata de dominar todos los campos de la producción cultural y parece debilitar nuestra capacidad para la empatía, la compasión y la participación en el mundo. El ojo narcisista ve a la arquitectura sólo como un medio de autoexpresión y como un juego intelectual y artístico separado de las conexiones mentales y sociales fundamentales, mientras que el ojo nihilista adelanta deliberadamente la distancia sensorial y mental y la alienación. En lugar de reforzar la experiencia centrada en el cuerpo y la experiencia integrada del mundo, la arquitectura nihilista separa y aísla el cuerpo; en lugar de intentar reconstruir un orden cultural, hace imposible una lectura de la significación colectiva. El mundo se convierte en un viaje visual hedonista carente de significado. Queda claro que sólo el sentido de la vista, que se distancia y separa, posibilita una postura nihilista; es imposible pensar, por ejemplo, en un sentido nihilista del tacto, dada la inevitable cercanía, intimidad, veracidad e identificación que conlleva. Existe igualmente un ojo sadomasoquista y también pueden identificarse sus instrumentos en el ámbito de las artes y de la arquitectura contemporáneas.
Pallasmaa, 2005

Tal como he comentado antes, me parece que es el narcisismo profesionalista el verdadero problema que se sirve del ocularcentrismo como instrumento.
Porque lo sustancial de la crítica radica en el narcisismo tanto como en el nihilismo dominantes en una profesión que soslaya su carácter de servicio social en beneficio del cultivo complaciente de las relaciones capitalistas de producción y consumo. La alienación contemporánea no es fundamentalmente un problema de deprivación sensorial, sino de una escisión en el modo dominante de producción y de su expresión en el oficio de transformar el hábitat.
No obstante ello, es interesante constatar a través de qué mecanismos estésicos se evidencia esta alienación.  

Urbanización sin ciudad como patología del habitar (III)

Una urbanización llamada por sus promotores ¡Mystic Garden!

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016

La producción urbana propia del capitalismo tardío inflige a los territorios habitados una dolorosa fragmentación.
Producto de la lógica inherente a la empresa capitalista, los emprendimientos se amplían según las ventajas de las escalas de producción, se especifican según los requerimientos de los nichos de consumo objetivo, se localizan según el cálculo de rentabilidad especulativa en el espacio y en el tiempo.
De ello resulta una urbanización que resulta en mosaicos de zonas puramente residenciales, con su población estrictamente diferenciada y confinada en perímetros de segregación y exclusión mutuas.

La urbanización fragmentadora, entonces, avanza destruyendo el desarrollo de la ciudad histórica a su paso, tanto en las periferias así como en sus enclaves centrales.

Apuntes de viaje (VIII) El logro de lo vernáculo


Burano, 2017

Lo bueno que tienen algunos paisajes urbanos es que son pruebas contundentes de una virtuosa solidaridad de los vecinos.
En una escena como la que nos ocupa hoy, no podemos señalar un objeto singular que se recorte sobre un fondo, sino un sistema armónico de figuras que contribuyen casi equitativamente al efecto del conjunto. Este es un logro de lo vernáculo, de la cultura verdaderamente general de una población, de una arquitectura humanista en su versión a la vez más humilde y más auténtica.
Ya quisiéramos un resultado equiparable para nuestros paisajes urbanos, en donde todo es una lucha fratricida por el suelo, por la competencia de las indignidades y por los símbolos del poder.

Demanda de una antropología del cuerpo (III)

George Segal (1924- 2000) Mujer azul sobre cama negra (1990)

Nos es acuciante una rigurosa y sistemática antropología del cuerpo porque éste es nada menos que el alumbrador de una peculiar contextura física y geométrica de los lugares.
Ya no es posible entender la arquitectura y el habitar humano con las constricciones de la física newtoniana y la geometría euclidiana. Hemos de reconocer que la realidad del cuerpo interviene compleja y diversamente en el campo habitado (la estructura espaciotemporal que es constituye efectivamente un lugar). Nos es necesario reconstruir la genealogía de las dimensiones humanas del lugar y aprender a operar con ellas.

Una arquitectura dotada de una práctica poética humanista no puede ignorar aquello que sólo una antropología del cuerpo puede averiguar.

Plumas ajenas: Georges Perec

Vivir es pasar de un espacio a otro sin golpearse.

Georges Perec

El prosaísmo cotidiano

Duane Hanson (1925- 1996) Clienta de supermercado (1970)

Uno tiene sus sueños, cosas suyas, íntimas, y después la vida no quiere seguir jugando contigo, y te lo desmonta, un instante, una frase, y todo se desvanece. Suele ocurrir. Por esta razón y no por otra vivir es una tarea dolorosa.

Alessandro Baricco

Mientras que Georg Segal sublima, Duane Hanson nos inflige un saludable sarcasmo.
Es fácil sonreír. Es un poco más difícil compadecerse. Pero lo que es en verdad arduo es verse en ese espejo.
¿Cómo no caer en el tragicómico prosaísmo de lo cotidiano?
¿Es que estamos condenados a ello?

¿Qué quedará de nosotros y de nuestro tiempo presente?

Demanda de una antropología del cuerpo (II)

George Segal (1924- 2000) La cortina (1974)

¿Cómo es que las cosas de vivir encuentran su lugar?
Es el cuerpo el que las dispone, ordena y confiere significado. El cuerpo es un dispositivo superior que implementa los objetos en tanto cosas de vivir. Si la ventana es algo más que una simple ausencia de muro, si a través de ella todo un mundo tiene su peculiar epifanía, es por obra del cuerpo que allí se asoma.
Merced a las peculiaridades de la estructura y funcionamiento del cuerpo, las cosas se ordenan, suceden y operan. Es al cuerpo que una ventana le es útil, como determinación fundamental.

En definitiva, es por obra del cuerpo que la ventana porta, con toda su plenitud el significado que sólo las personas pueden conferirle a justo título. Y quien observa esto de la ventana no puede soslayar que toda la arquitectura le sigue.

Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (VIII)


Michelangelo Buonarotti, Moisés

Levin señala la vía autónoma y la agresividad de la vista y "los fantasmas de la regla patriarcal" que rondan nuestra cultura ocularcentrista: "La voluntad de poder en la visión es muy fuerte. Existe una tendencia muy sólida de la vista a captar y a fijar, a cosificar y a totalizar: una tendencia a dominar, asegurar y controlar que, con el tiempo, dado que se ha promovido ampliamente, ha asumido cierta hegemonía indiscutible sobre nuestra cultura y su discurso filosófico, estableciendo una metafísica ocularcentrista de la presencia al mantener la racionalidad instrumental de nuestra cultura y el carácter tecnológico de nuestra sociedad".
Pallasmaa, 2005

Resultan interesantes estas observaciones. Pero es necesario reparar que el poder se ejerce con el concurso de todos los sentidos.
En definitiva, si bien es importante reflexionar sobre cómo la mirada se inviste y ejerce la potencia del poderoso, no es menos trascendente considerar que son todos los sentidos los que se involucran tanto en el ejercicio del poder, como en los efectos de la dominación sobre los subyugados.
Estas consideraciones abren una amplia perspectiva que deberá ser objeto de un examen prolijo y arduo.

Urbanización sin ciudad como patología del habitar (II)

Levittown

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016

En el trasfondo de la idea dominante de urbanización hay una lógica de la agregación, opuesta a la lógica inherente al desarrollo urbano, en sentido adecuado.
La lógica de la agregación es un burdo razonamiento que ve originarse una calidad urbana en la suma simple de unidades construidas. Nadie diría que dos casas forman un villorrio, pero ya unas quince... A esta lógica le es extraño el reparar que lo urbano configura una estructura compleja de interacciones, intercambios y complementaciones que suponen un carácter de estructura y sistema que es mucho más rico que la suma simple de sus partes.

Por eso, una urbanización que opera con una lógica de la pura y simplificada agregación no resulta en una ciudad, sino en su dispersión.

Apuntes de viaje (VII) Las regiones mágicas en el Jardín


Parco dei Principi, Sorrento

Nos gusta viajar por el mundo visitando ciertos jardines.
En ellos siempre encontramos una región mágica, un punto especial del lugar en donde resplandece tenuemente una forma de expectación, una zona de especial sensibilización. En esta ocasión apenas si registramos esta emoción profunda e inenarrable en el Parco dei Principi, en Sorrento, lugar por demás fascinante. Pues en este banco parece estarse esperando al que sea en verdad digno de sentarse a la sombra del árbol de la memoria. Aquella sombra, a la que queremos siempre volver.
Nosotros no nos atrevimos a otra cosa que documentar la circunstancia, en beneficio de aquellos que siguen escrutando en las penumbras del mundo, vehementes y atónitos, el Aleph.

Por una estética protagonizada por la piel y su tacto

Constantin Brâncuși (1876 – 1957) La señorita Pogany (1913)

Las estéticas históricas se han fundado ya en el cultivo del sentido de la vista, ya en desarrollo de las habilidades del oído, sin olvidar, por otra parte, el sentido del gusto. Creo que ha llegado el momento de abordar una estética de la piel y el tacto.
Se trataría de una estética que, antes de generar una distancia contemplativa entre el sujeto y su objeto, se aplicara al contacto íntimo, a la interacción concreta, al conocimiento de primera mano, como suele decirse.
Se trataría de una estética de la implicación del sujeto, de una participación mutua entre el sujeto y su objeto, efecto y resultado de una apropiación manipuladora, de una consideración fundamental, producto de un interés y atención directa y manifiesta.
Se trataría de una estética que abordaría las sensaciones más primitivas del ser humano. Y estas sensaciones más primitivas, por serlo, podrían tener la autenticidad propia de las vivencias genuinas, inmediatas.

Quizá resultara más pertinente esta estética para indagar en la propia estética arquitectónica.

Demanda de una antropología del cuerpo (I)

George Segal (1924- 2000) Pareja en dos asientos (1985)

El cuerpo es un tema que se presta especialmente para el análisis antropológico ya que pertenece, por derecho propio, a la cepa de identidad del hombre. Sin el cuerpo, que le proporciona un rostro, el hombre no existiría. Vivir consiste en reducir continuamente el mundo al cuerpo, a través de lo simbólico que éste encarna
Le Breton, 1990

A la Teoría del Habitar le favorece especialmente la constitución y desarrollo de una antropología del cuerpo.
Todo ritual recurrente del habitar comienza por constituir un gesto del cuerpo. Es que el cuerpo es la causa eficiente de todo ritual. Y nuestra existencia es una sucesión de recurrentes rituales en los que sentamos plaza en los lugares, los ocupamos y le conferimos forma, significado y sentido.

Somos quienes somos con la interposición de nuestro cuerpo en los sitios volviéndolos lugares plenos de identidad.

La voz de los habitantes

Es necesario, acuciante, insoslayable; debe escucharse la voz de los habitantes.
No sólo se trata de registrar requerimientos, se trata de indagar a fondo en el deseo, en la memoria, en los afectos y en la propia sabiduría del cuerpo.
Para ello, debe tenerse paciencia y método.

Porque es en el fondo del alma en donde reside la clave de cualquier proyecto de lugar para habitar.

La arquitectura concebida como un vaciado de la vida misma

George Segal (1924- 2000) Bailarinas (1971)

La blancura [de la escultura en yeso] me intriga porque evoca una espiritualidad desencarnada, permaneciendo sin embargo inseparable de los detalles carnales y corporales del personaje (...)
George Segal
Hay en las esculturas de George Segal una tensión peculiarmente lograda entre el realismo naturalista del vaciado y la espiritualización del resultado de la operación.
En cierta forma es una cualidad intrigante que mucho me gustaría a mí poder producir en la obra arquitectónica. Una obediencia respetuosa de las coreografías del cuerpo y una sublimación proyectada y construida de su propio lugar.

Porque me conmueve peculiarmente la danza de la vida y quisiera que toda ella quedara muy cuidadosamente amparada en su presencia y desarrollo.

Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (VII)


Fotograma del film Un perro andaluz (1929) de Luis Buñuel

David Michael Levin impulsa la crítica filosófica del predominio del ojo con las siguientes palabras: "Creo que es conveniente desafiar la hegemonía de la vista, el ocularcentrismo de nuestra cultura. Y creo que necesitamos examinar de una manera muy crítica el carácter de la vista que actualmente domina nuestro mundo. Necesitamos urgentemente un diagnóstico de la patología psicológica de la visión cotidiana, y un entendimiento crítico de nosotros mismos como seres visionarios”.
Pallasmaa, 2005

Todo parece indicar que necesitamos un análisis crítico del llamado ocularcentrismo actual principalmente por tres razones.
En primer lugar, debemos precavernos de los mecanismos falaces de la presunta evidencia de las imágenes en una época signada por su escandalosa manipulación material y retórica. En segundo término, es preciso revisar el papel de los otros sentidos, sobre todo del tacto y el olfato, funciones largamente soslayadas en nuestra cultura. Pero, al fin también deberemos munirnos de una nueva mirada, menos ingenua, menos autoritaria, más desveladora.
El mundo resplandecerá entonces bajo nuevas luces. Y volverá a inaugurarse.

Urbanización sin ciudad como patología del habitar (I)

Urbanización cerrada cerca de Ezeiza, Argentina

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016
Desde que se confunde una ciudad con un agregado relativamente denso de construcciones, esta falaz cosificación resulta en operaciones consecuentes de urbanización extensiva.
Esto quiere decir: si sustituimos la realidad humana de la ciudad por la cosificación del puro espacio construido, una urbanización es un proceso de pura expansión de la construcción sobre la tierra esquilmada a título de solar vacante.

Por eso es que se trata de una urbanización extensiva sin ciudad resultante.