György Vastagh
(1834-1922) La comida (s/f)
La
humanidad ha recorrido una esforzada marcha por las sendas que reúnen a los
alimentos, el fuego y el agua. Allí donde consiguieran confluir gentes y
elementos, allí tuvo lugar un hogar.
Gran
parte de la gesta humana es la profunda modificación de la historia y la
geografía de estas sendas en pos de su propia domesticación: nos hicimos
humanos a la vera de un recipiente puesto al fuego. Por eso, la dimensión de la
profundidad perspectiva de una cocina es transhistórica, planetaria y genérica:
es necesario pensar siempre en cuánto
hemos recorrido como especie para llegar a estar junto a la llama.
En la
dimensión de la altura, el problema crucial es la adecuada evacuación de humos,
vapores y aromas. Complejas ingenierías se aplicarán para que sea acogedora la
reunión de los críos con sus progenitores iluminados por el resplandor del
fuego sagrado y confortador.
Por
su parte, la medida específica de la sofisticación y el confort radica en la
amplitud, allí donde concurre agua potable en forma regular, un fogón seguro y
la más dilatada e integral provisión de alimentos.
Nuestras
actuales y compactadas máquinas para cocinar apenas guardan recuerdo de las más
ancestrales y auténticas magias y brujerías.
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