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Pasiones sobre el paisaje (IV) El hallazgo de lo casi prístino

Los Andes en Mendoza

En nuestro actual estadio civilizatorio ansiamos en ocasiones tomar contacto, siquiera efímero o episódico, con aquellas regiones del mundo que tienen aún un aspecto prístino, disimulando las improntas y sevicias de la presencia humana.
Hay un afán por alcanzar la región más transparente de la atmósfera, refrescarse con las aguas más límpidas, transitar inaugurando sendas, sentir el fuego de la tierra.

Pero son ilusiones. Aún las nieves de las cumbres registran la presencia perturbadora de nuestra condición de especie invasiva y predadora. Ya no tenemos confines por atravesar.

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