Los Andes en
Mendoza
En
nuestro actual estadio civilizatorio ansiamos en ocasiones tomar contacto,
siquiera efímero o episódico, con aquellas regiones del mundo que tienen aún un
aspecto prístino, disimulando las improntas y sevicias de la presencia humana.
Hay
un afán por alcanzar la región más transparente de la atmósfera, refrescarse
con las aguas más límpidas, transitar inaugurando sendas, sentir el fuego de la
tierra.
Pero
son ilusiones. Aún las nieves de las cumbres registran la presencia
perturbadora de nuestra condición de especie invasiva y predadora. Ya no
tenemos confines por atravesar.
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