Rafael Sanzio
(1483- 1520) La escuela de Atenas
(detalle)
Una
arquitectura humanista tiene, como primer principio rector, un compromiso total
y exhaustivo con la adecuación de
edificios y lugares a las solicitaciones y demandas de sus habitantes. Tal
arquitectura procura superar las restricciones ya clásicas del funcionalismo
mecanicista moderno implicadas por la teoría del existenzminimum: la arquitectura humanista busca y procura la
escala conforme del acondicionamiento de los lugares habitados.
El
segundo principio es el de dignidad.
La condición humana es la vara de medir toda práctica arquitectónica. Una
arquitectura humanista es una práctica ética que se confronta con la
beneficencia que brinda a toda la humanidad, sin exclusiones ni soslayos.
En fin,
el principio que cierra esta enumeración general es el del decoro. Se trata, en este caso, de la adecuada conformación y
figuración de las cosas del vivir condignas con la condición humana de quienes
allí tienen efectivo lugar. La arquitectura humanista tiene así una razón de
existir, una ética a la que plegarse y una estética general en la que abrevar.
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