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Los que construyen en grande

John Martin (1789- 1854) El Pandemonium (1841)


Cuando la obra es cabalmente grande y magnífica, los arquitectos son ángeles o demonios. A los estudiantes ambiciosos: vean a quién le venden el alma.

Sacralidades

Hay ocasiones en que, se adjudican obras magníficas a dioses, héroes míticos o aún a demonios.
La egipcia Seshat amparaba la construcción de templos. Dédalo pasa por ser el inmortal autor del Laberinto cretense. Y los ángeles caídos —demonios— no han querido ser menos. Erigieron el reluciente Pandemónium, esto es, el lugar de todos los demonios. Por otra parte, en los remates de Notre Dame se dejan ver simiescas criaturas puestas a contemplar, pensativas, el paisaje circundante de todas las empresas terrenas.

Definitivamente, las grandes obras son las de arquitectos que no pertenecen a la condición de simples mortales. Para recordar su carácter divino o demoníaco están las revistas de arquitectura y ciertos libros de historia.

Esfera fundamental

Loni Kreuder  (1940- ) Pareja en conversación con una fuente (s/f)


Una pareja, una vez constituida, se envuelve en una tenue membrana que excluye claramente a los demás

Ellos y nosotros

Aún antes que la disposición de una marca en el territorio que oficie de articulación entre aquí y allá, se interpone una articulación existencial que diferencia entre ellos-aquellos-otros de nosotros.
Constituir un grupo puede ser construir una esfera inmaterial, pero más que significativa que nos ampara y nos separa de los demás. Puede que conforme la primera operación de toda pareja amorosa recién constituida. O puede que configure una tenue membrana en torno a los que constituimos, en alguna circunstancia, las gentes.

Ellos/nosotros parece ser el significado social que ansía encontrar su significante en la primera articulación de todo lugar.

Ensimismamiento

Olga Boznańska (1865- 1940) Bretona (1890)


Allá por los tiempos en que las ventanas tenían su lugar, allí se abría la posibilidad tanto de afrontar el mundo allá, así como ensimismarse aquí, cuando no oscilar quedamente entre los ámbitos

Plumas ajenas: Ortega y Gasset

Nótese que esta maravillosa facultad que el hombre tiene de libertarse transitoriamente de ser esclavizado por las cosas, implica dos poderes muy distintos: uno, el poder desatender más o menos tiempo el mundo en torno sin riesgo fatal; otro, el tener donde meterse, donde estar, cuando se ha salido virtualmente del mundo. Baudelaire expresa esta facultad con romántico y amanerado dandysmo, cuando al preguntarle alguien dónde preferiría vivir, él respondió: «¡En cualquiera parte, con tal que sea fuera del mundo!». Pero el mundo es la total exterioridad, el absoluto fuera, que no consiente ningún fuera más allá de él. El único fuera de ese fuera que cabe es, precisamente, un dentro, un intus, la intimidad del hombre, su sí mismo, que está constituido principalmente por ideas

(Ortega y Gasset, 1939)

Cuestiones de apertura (23)

¿Qué puede significar la caracterización de Norberto Chávez: Una arquitectura que obedezca a una vocación de vida?

Situación de borde

Anders Zorn (1860- 1920) Diversión veraniega (1886)


Posarse en los bordes tiene algo excitante que nos acompaña desde la infancia y tiene algo de elemental

Bordes

Se produce una tensión particular en los bordes: se habita una frontera participando a la vez de aquí y de allá.
El lugar de lo propio se muestra en su finitud, lo que implica que se le confiera una forma. El territorio adopta figuras de región. Si en el interior de ésta uno está inmerso, en los bordes se asoma con una cierta expectación.

A través de los bordes, tanto como desde el cielo, provienen las novedades, las irrupciones, las otredades.

Tres aspectos

Thomas Pollock Anshutz (1851- 1912) Mujer escribiendo sobre una mesa (1905)


Observemos: por un lado, una conducta, por otro, una práctica y también, una producción. Bajo estos tres aspectos podemos considerar lo que parece suceder en la imagen.

Conducta, práctica, producción

El habitar puede ser caracterizado tanto como una conducta, una práctica o una producción.
Como conducta, es una manifestación de los modos de ser de las personas, un fenómeno observable y describible de forma rigurosa.
Como práctica, es una manifestación de ciertos modos de operar las personas; formas y figuras de acciones intencionadas.
Como producción, en fin, es un proceso recurrente de ideación, elaboración e implementación que se materializa en productos de existencia contingente.

En este sitio se considera que el habitar puede y debe ser considerado de estas tres formas, pero hay que detallar en cada caso, cuál de ellas es la caracterización de referencia.

Declaración sobre una dimensión del lugar

Grigory Soroka (1823- 1864) Reflejo en el espejo (1850)

Todo un ensayo acerca de la profundidad del lugar y de su representación.


Pinturas que son ensayos

Hay pinturas que, una vez que se las considera con ensañada atención, resultan toda una declaración, con la profundidad significativa de verdaderos ensayos.
En este sitio se agradece mucho sobre todo a los pintores que no han desdeñado ser figurativos, dedicar su atención a cosas cotidianas y enmarcar todo su obrar en una profunda simpatía con lo expuesto.

A veces se trata de obras maestras, en otras ocasiones no, pero siempre aportan elementos a la reflexión.

Azoteas en el Mediterráneo

Guillermo Pérez Villalta (1948- ) Azoteas (s/f)


Las riberas del Mediterráneo son los lugares apropiados para disponer de escalonadas azoteas expuestas al sol y la brisa, y propicias a prolongadas conversaciones.

Azoteas

De prosapia mediterránea, propia de climas secos, las azoteas rematan a su manera ciertos edificios.
Estas superficies horizontales suelen recibir con agrado a gentes que buscan sol, aire o vistas. A veces les inferimos las ofensas del olvido o, peor aún, de las antenas. Puede contemplarse en Valparaíso el gozoso flamear de las ropas tendidas.

Como remates habitables, las azoteas deberían, a justo título, demandar una importante atención.

Cuestiones de apertura (22)

Para muchos, la arquitectura debe subsumirse en el arte de construir.
Esto significa hacer equivaler la arquitectura a la tectónica.
¿Es esta una operación apropiada? ¿Por qué?


Laberintos oportunos

Édouard Boubat (1923 - 1999) Portugal (1956)

Esta memorable fotografía ha llegado aquí mediante una secuencia de actos de la más variada naturaleza.
Todo comienza con un previsto viaje a Lisboa, propuesta por demás atinada de mi esposa, a una inquietud por mi supina ignorancia sobre tal pueblo y cultura, descontando al inmenso y universal José Saramago y alguna cosa por ahí de Fernando Pessoa. Sigue con mi afición con la música clásica y con la indagación sobre algún compositor portugués. Por ahí encuentro la mención a Fernando Lopes Graça, personaje singularmente interesante y autor de dos conciertos para piano. Escucharlos en Youtube trae dos ventajas: alguien tuvo el doble talento para publicar su primer concierto para piano, acompañado con esta fotografía de Édouard Boubat.
Por esos días, por otra parte, andaba yo ocupándome de la alegría de vivir, de la estética propia de la austeridad y de la buena vida.

Y resultó que, como en tantas otras veces, alguien ya había dado con todo ello. Y aquí está y todos podemos encantarnos.

El lugar en donde comienzan muchas cosas

Teatro de Epidauro


En las laderas magníficas de Grecia se abre espacio y tiempo para contemplar, para apreciar y emocionar. El vocablo griego theatron vincula a theorein, que deriva, no por casualidad, en teoría. Porque habitar un teatro es, en el fondo, consideremos esto que tenemos ante nosotros.

Sobre conceptos nucleares

Puede discutirse, sin pretender zanjar definitivamente la cuestión, acerca de cuál es el concepto nuclear de la teoría del habitar.
Hasta ahora, en este sitio, se ha tenido como concepto nuclear el lugar, en tanto este término refiere al dónde específico en que se verifica el habitar humano.
Pero también podría constituir un concepto nuclear el término hábitat, el que también designa a su manera al qué del habitar, en tanto estructura.

La cuestión no es banal, dado que puede presumirse que, según partamos de uno u otro concepto, puede erigirse sendos edificios teóricos.

Vivencia del histerotopo

Carl Spitzweg (1808- 1885) Ninfa bañándose (1855)


Volver a vivir en un puro interior es un gesto primordial del habitar.

Cavernas

La exploración de una caverna es, en esencia, una experiencia de la profundidad de un puro interior.
Habitar una caverna es un puro adentrarse, complementado con una salida contundente. Es un tópico recurrente equiparar la caverna al útero materno. Sin embargo, existe una radical diferencia: mientras que en la caverna es todo entrar, del útero somos arrojados fuera, eyectados al mundo.
La caverna tiene algo de la simplicidad de lo primordial.


Aquel lugar feliz

Thomas Cole (1801- 1848) Sueño de Arcadia (1838)


En definitiva, el sueño o el recuerdo de Arcadia es la impronta afectiva de un Allá simple y feliz, lugar del que, no se sabe muy bien por qué, nos hemos apartado.

Arcadia ¿soñada o recordada?

El sueño de Arcadia entendida como locus amoenus, suele presentarse tanto como una proyección hacia lo lejano como a lo antiguo.
Alejada de la ciudad tanto como de la civilización, cercana a la Naturaleza en su faz más amable y vecina de gente sencilla y feliz, la Arcadia se sueña.
Por otra parte, en la memoria honda de la humanidad, se añora los tiempos pasados, los que, en el tópico, fueron mejores que los conflictivos presentes que nos tocan; así la Arcadia es recordada.

Puede ser que en lo hondo de nuestra constitución psíquica resida un vago fantasma de aquello que alguna vez nos ha hecho felices y que nos obstinamos en olvidarlo o sustraerlo de nuestra padecida vigilia.

Plumas ajenas: João Sette Whitaker Ferreira

A civilização humana mostrou-se dramaticamente eficaz em gerar sociedades desiguais, e por isso sempre produziu espaços também desiguais. Da cidade antiga às metrópoles industriais, passando pelos burgos medievais ou paradisíacas cidades litorâneas, fosse por motivos religiosos, econômicos ou militares, os poderosos do momento sempre se beneficiaram, ao longo da história, dos melhores lugares para viver. E o desenho dos urbanistas pôde servir, paradoxalmente, tanto para garantir-lhes esses privilégios, em algumas épocas, como para tentar combatê-los ou remediá-los, em outras. Por isso, a primeira constatação que se pode fazer é a de que, face à trágica desigualdade que marca as cidades brasileiras, o principal objetivo do urbanismo deve ser, antes de tudo, o de garantir cidades mais justas. Em outras palavras, cidades que ofereçam, sem diferenciação, qualidade de vida para todos os habitantes, nos dias de hoje e para as gerações futuras. O equilíbrio urbano, entretanto, só será possível quando se conseguir erradicar a miséria, que se expressa nos assentamentos informais desprovidos do atendimento às necessidades mínimas para se viver com dignidade. (Ferreira, 2012)

Cuestiones de apertura (21)

Se puede comprobar que los lugares son anisótropos, heterogéneos, discontinuos, articulados.
El espacio euclidiano-newtoniano, por el contrario, es isótropo, homogéneo y continuo.

¿Este espacio euclidiano-newtoniano es apropiado para concebir, proyectar y desarrollar la arquitectura? ¿Con qué concepción del espacio deberemos manejarnos en el futuro?

Agua clara y purificadora

Lilian Genth (1876- 1953) En lo profundo del bosque (1910)


Oigamos a alguien especialmente lúcido: El agua evoca en primer lugar la desnudez natural, la desnudez que puede guardar una inocencia (Bachelard, 1942)

Roces del agua

Al contacto con la radiación solar, al roce con la leve brisa, se le agrega necesariamente la caricia del agua como alegrías esenciales de la piel.
Mucho antes de banalizarse en la pura higiene, la ablución tiene un significado original de purificación. Para Tales de Mileto, el agua llega a ser la sustancia primordial y si subsumimos el cosmos en la vida, algo de razón le asistía.

Pero lo que se conserva, en la percepción fundamental de la piel, es la magia

Rumor en las aulas

Magnus Enckell (1870- 1925) Escuela elemental (1899)


Se habita también en las aulas escolares. Por cierto, en un ambiente atravesado hondamente por afectos y aflicciones. ¿Por qué confinar a inquietas criaturas a un recinto rígido? ¿Por qué la enseñanza se ensaña con la naturaleza?

Malestar en la escuela

Tomo prestado el título de mi amigo Daniel Eskibel.

A pesar de los persistentes y renovados errores de los pedagogos, los niños algo aprenden. Pero padecen la enseñanza y no disfrutan el aprendizaje. Por fortuna, el afecto de una maestra hace milagros, pero, en los últimos tiempos la escuela —y no hablemos del liceo— es un escenario de conflictos y malestares que afligen a niños, maestros y padres. Parte no menor de la cuestión radica en las condiciones sociales y ambientales donde se desarrolla la educación.

También esto atañe a la teoría del habitar

Todos habitamos siempre

Adolph Heinrich Richter (1812- 1852) Joven vinatera con su hijo (1848)


Podría titularse la escena Joven abandonando su hogar hacia su lugar de trabajo, pero no Joven abandonando el lugar que habita. La joven, como todo humano, habita tanto su casa como el lugar de trabajo, así como el camino que la lleva a éste.

Escenarios del esfuerzo

El habitar se asocia casi inmediatamente a la casa, la residencia, la vivienda.
Pero los lugares de trabajo están también y a su manera particular, habitados. Sólo que la habitabilidad allí se mide reducida a ciertas condiciones básicas de salubridad en el trabajo. Sin embargo, llegará un día en que el conjunto integrado de condiciones de adecuación, dignidad y decoro se sintetizarán superiormente en un cabal habitar de los lugares de trabajo.

A luchar por ello.

Un largo camino hacia los espejos

Augusto De Luca (1955- ) Retrato de Isa Danieli (1987)


Sólo recientemente, en la larga historia de nuestra humanidad, hemos conquistado un verdadero reducto íntimo. Allí aguardan los espejos.

Elogio del ámbito íntimo

Si creemos a los historiadores de la vida privada, el lugar reservado a uno, el lugar privado al escrutinio público, es una adquisición muy reciente en nuestra civilización.
Lejos de unos lugares pobladas tanto de miradas como de palabras de los Otros, los sujetos se constituyen como individuos allí donde pueden estar a solas con una mirada y un silencio propios.

El ámbito íntimo es un territorio cabalmente novedoso en su descubrimiento y conquista.

Cuestiones de apertura (20)

Suele tenerse al diseño como la disciplina aplicada a la síntesis de la forma. Este aspecto es muy especialmente valorado por los arquitectos. ¿Es el aspecto único y excluyente de la labor profesional?

Proliferación general de arquitectos del lugar

John French Sloan (1871- 1951) Bañistas en South Beach (1908)


Una playa es un escenario amable para desplegar con tanta sutileza como desparpajo las distintas maniobras que hacen de cada lugar una cosa a la vez propia y compartida.

Lugares sumariamente acondicionados

La producción de un lugar no siempre demanda una sofisticada intervención arquitectónica.
Un sumario acondicionamiento basta para confirmar que el cuerpo ocupa su lugar, uno se emplaza, el sujeto tiene efectivo lugar. Basta conformar una diferencia, un aquí/allá, un lado/otro un allende/aquende. La conformación efectiva de un lugar es tenue, sutil e indispensable: sin ti no hay lugar, ocurren meros sitios.

Todos somos arquitectos del lugar

Lugares reducidos

Rutilio di Lorenzo Manetti (1571- 1639) San Jerónimo escribiendo (s/f)


Hay que colmatar el lugar, poblarlo exhaustivamente, aplicarse a aquello-que-uno-tiene-que-hacer. Todo lo demás, sobra. A esto se reduce el habitar, para algunos.

Sobre el existenzminimum

Una de las joyas del productivismo arquitectónico es la concepción de existenzminimum.
Hay que ensañarse con una figura humana reducida a operador-de-una-máquina-de-habitar, constreñirle espacio y tiempo sin impedirle del todo respirar, reducir la cuestión a una racionalización despótica de lo necesario. A cosas así se les ha caracterizado como racionalismo arquitectónico.

Qué vejámenes no perpetraremos recurriendo a una razón ajena a la propia del sujeto paciente.

Una cierta vibración

Henrik Nordenberg (1857- 1928) Vista desde la entrada de una villa (s/f)


Los vanos (ventanas, puertas) constituyen zonas erógenas de la arquitectura. Vale la pena detenerse en la vibración especial de la habitación y tránsito de los umbrales.

Trémulos umbrales

Las estancias, convenientemente amparadas por muros y cubiertas, pueden resultar apacibles.
En cambio, en cada umbral —puerta, ventana, balcón— la vida vibra con una singular inquietud. Los vanos hablan, mientras que los muros permanecen mudos. El habitar, que siempre es la habitación de un límite, cobra una especial intensidad en los tránsitos y aún en las estancias en los umbrales.

El cuerpo se conmueve y emociona en las oquedades del muro.

Profundidades

Paul Paede (1868- 1929) Desnuda ante el espejo (1929)


Peter Sloterdijk nos ha revelado —entre otras— una dimensión nueva en los lugares: la dimensión histerotópica, que es una medida de profundidad de los interiores y de los espejos.

La profundidad de las alcobas

Si se considera la dimensión histerotópica (Sloterdijk. 2004: 279s) de la casa, en el interior más recóndito se encuentra la alcoba.
Esta dimensión mide no sólo la distancia y el tiempo que intermedia entre la entrada de la casa y la alcoba, sino que considera las articulaciones de diversos umbrales que deben traspasarse para llegar allí. En las casas de más de un nivel incluso se interpone una escalera. Las alcobas no sólo se miden según su ancho, largo y altura, sino también en su propia hondura.
Y allí donde es más honda la alcoba, aguarda, oscuro, el espejo